Por Jaqueton:
1ª Parte:
El pasado 15 de febrero, había proyectado un almuerzo en un restaurante muy
conocido –Cal Pau Xic- de Guardiola de Font-rubí.
Después de Sant Sadurní... una de las mayores concentraciones de cavas de l’Alt
Penedès.
Como de costumbre, y tras acicalarme como es debido... salí de casa con la sana
intención de despertar a mi compañera incansable de fatigas. Bilú It. Mi
pequeña monocilíndrica, con
Al entrar en el parking, me encontré con uno de los vigilantes, Paco. Con quien
eché un pitillo... mientras conversábamos en aquella madrugada de domingo.
Una buena forma de estrenar el día, desde dos puntos de vista distintos.
Opuestos. Antagónicos... Yo, que me acababa de levantar... y él, que a punto
estaba ya de enpiltrarse.
Y hablando de desertar... yo había ido al parking a despertar a Bilú It, no?
Pues la desperté.
Arrancó, como siempre, adormilada... Y mientras me ponía el casco, los guantes,
etc... fue aumentando el ritmo de sus pistonadas.
Cinco minutos después... con el ritmo óptimo... salí del parking lentamente.
Pausadamente... Saboreando cada centímetro que con ella devoraba, acercándome
cada vez más a mi destino: LB2.
En cuanto pisé carretera, aceleré el ritmo, me bajé la morrera del casco, y
cabalgué seguro sobre el asfalto...
Cuando llegué a LB2, lo primero que hice fue dar de comer a mi pequeña, que
necesitaba llenar su estómago de hierro donde descansan mis pelotas cuando la
llevo entre las piernas.
Le di de comer, la paré al lado de la burrica de Fredy –que ya estaba allí- y
me dispuse a entrar en el local, a echar el cafelote mañanero y calentón...
Como era de esperar, mi amigo acaba de engullirse una estupenda caña de crema,
acompañada de un café con leche... y a punto estaba de zamparse su consagrada
copa de Magno, disimulada en la taza del cafelote... je, je, je...
El paraguayo camarero que ya me conoce mejor que mi madre, me trajo mi “raro”
café descafeinado.... y en aquél punto llegaba Moli. Que como siempre, se iba a
empujar pa’ dentro un café largo....
Según las normas, se sale a la hora en punto acordada. Estén o no los
participantes de la salida. Pero claro, estando como estábamos todos allí... y
sin que nadie nos esperara... Decidimos celebrar una charla amena –o mejor
dicho, continuar la que había- y salir hacia Guardiola un poco más tarde...
Que, ciertamente, todo forma parte de la salida: Tanto el recorrido asfáltico,
como el almuerzo, como el café mañanero y despertón...
Decidimos pues, un poco más tarde, salir en dirección al pequeño pueblo al
límite de l’Alt Penedès con l’Anoia... Y nos ordenamos como de costumbre, con
mi menda a la cabeza.
Salimos de LB2... agarramos
Me tiré? No... Había obras!! Y me lié... Me lié tanto, que el compañero Fredy
asió las riendas de la capitanía rutera, y de forma diestra, que no poco
liosa... nos encaró en el rumbo correcto para llegar salvos a nuestro
gastronómico destino.
Y llegamos, llegamos.....
Llegar, llegamos... je, je, je.... Pero pronto!! Y es que estos amigos de “Cal
Pau”, abren a las 9:00 de la mañana... y nosotros llegamos allí a menos diez o
menos cinco. Je, je, je...
Justo aparcamos las motos –sobre la acera- nos dimos cuenta que un abuelete se
disponía a abrir las rejas de ballesta de las ventanas... Y cuando le
preguntamos amigablemente:
- Que està tancat, mestre...??
En lugar de contestar un hospitalario “no... ara obrim”, nos soltó un seco:
- Sí. Ho està.
2ª Parte:
Así que nos echamos un pitillín en las puertas de aquél templo de lo bueno y
casero... mientras aquella gente abrían rejas ventaneras, y preparaban el
garito para una nueva jornada culinaria, gastronómica y tripera.... je, je,
je...
Y es que ciertamente, llegamos justo cuando se disponían a abrir. Y por
experiencia, sé que no hay nada que joda más que ir a abrir el boliche... y ya
tengas clientes esperando en la puerta...
Ahora que para otra vez, ya lo sabemos:
Saldremos tempranito de LB2, nos echaremos una ruta chula, divertida y curvera
por el interior.... y a las nueve y algo llegaremos hambrientos al refectorio.
Que por lo que pudimos comprobar... es un sitio estupendo donde aliviar el
estómago, y hacer la digestión en una sana y entrañable sobremesa.
Pero en fin, eso ya será otra historia.....
Cuando por fin “creímos” que el local estaba perfectamente abierto al
público... dimos la vuelta a la esquina buscando la puerta de entrada, y allí
todavía había una chica abriendo la persiana de ballesta de la misma...!!
Y no es que le hiciera mucha gracia que pasáramos... porque le dijimos:
- Hem arribat massa aviat, oi?
Y la tipa nos soltó:
- Doncs si. Massa.
Jué....!!
Hicimos caso omiso de la rebordinga, nos colamos al interior de aquél garito
que parece sacado de otra época... y nos dispusimos a buscar, a elegir... cual
de aquellas mesas íbamos a ocupar...
Elegimos una pegada al ventanal, desde donde podíamos ver las burricas; pues
subidas como estaban a la acera... no hacía mucha gracia...
No tardó ni cinco minutos en venir a atendernos una señora que nos “cantó” lo
que podíamos papear:
- Tenim popets en salsa, callos, peus...
Fredy, muy tradicionalista él, pidió unos huevos fritos, con panceta y algún
tomatico frito... Moli lo mismo, pero sin tomate... y este que os habla, unos
callos...! Aunque le pedí a la buena mujer que me añadiera unos garbanzos al
platico... je, je, je.... Que es que uno tiene un vicio que....
Para beber, vino de la tierra –buena tierra de vinos- con gaseosa –que hay que
conducir. Y el amigo Moli, una “sin” de esas que saben a “con”...
Un muchacho simpaticorro nos puso mantel, servilletas y copas... nos trajeron
la bebida, y mientras conversábamos de los más dispares temas, llegó el papeo.
El estupendo papeo que, uno tras uno, nos fue callando a todos por turnos...
Qué maravilla de yantar se gastan en Cal Pau....!
Para entonces, llegó allí un par o tres de autocares de esos que llevan como
mucho, media docena de dientes... y unas tres o cuatro decenas de gafas...
Sí, sí.... de esos de abueletes que salen el domingo de excursión, y se ponen
hasta el culo.... y luego se pasan la semana malos en casa...
Cuando dimos por terminada la nutrición mañanero-dominical... nos ofrecieron
postres. Y aunque un músico nos habría caído de puta madre, decidimos ir
directamente a los cafés.
Y nos tomaron nota de ellos, al tiempo que nos dejaban en la mesa un estupendo
platico de deliciosos carquinyolis....!! Qué ricos!!! Qué buenos...!!!
Mmmm......!!!
Si es que soy un goloso de tomo y lomo....!! Je, je, je....
Y nada... cafelotes.... conversación.... Para entonces el local estaba ya
bastante llenos de gente dispar, aunque unida toda ella bajo una misma
intención... zampar felizmente...!!!
Vimos por la ventana que un par de perros –en catalán gossos- paseaban de
uniforme por la acera... Temimos que multaran nuestras burricas, pero al ver
que pasaban de largo entendimos que si las habían de multar, ya lo habrían
hecho. Así pues, como era inútil preocuparse por algo que era ya
irremediable... decidimos repetir cafés –yo me tomé una copita de menta
piperita, que a los hombres excita-, y disfrutar los últimos minutos de estar
allí.
Pues mi menda lerenda debía estar en casa a las 12:00... y ya pasaban de las
11:00....
Pero... recordáis la teoría de los hermanos gemelos de Albert Einstein?
Pues algo similar nos sucedió a nosotros. Solo que en esta ocasión éramos
nosotros los que íbamos en la nave a la velocidad de la luz... y claro, cuando
nos quisimos dar cuenta, estaba a punto de llegar la hora del ángelus...!
Límite horario que me había puesto ese día mi mujer –que nunca lo hace-, pues
esa tarde teníamos... digamos.... obligaciones sociales y familiares....
Así que recogimos todo, salimos zumbando a pagar a la barra –una barra, para mí
que soy del oficio, preciosa de verdad-, y pagando.... pudimos ver pasar ante
la puerta a los perros de hacía un rato.... y pudimos también comprobar, que el
camarero les tenía poco más o menos el mismo asco y antipatía que nosotros...
Un diez para el muchacho...!!
Nos cobraron más que bien de precio... y salimos de allí para enfilar lo antes
posible la carretera.
Eran las doce menos cinco, y como presumiblemente en cinco minutos no iba a
llegara a
Que si los primeros son malos, las segundas son terribles consejeras... y
fatales compañeras de viaje....
Bajamos los tres, juntos, hasta Vilafranca; donde fuimos prestos a buscar
Pues debía bajar hasta Sitges.
Moli regresaba a Santa Oliva, y Fredy -en esta ocasión- se acercaba a El
Vendrell....
Así pues, en ese desvío, tras las pitadas y levantamientos de mano... y
despedidas moteras varias... di por terminada mi ruta conjunta, e inicié mi
regreso al lado de mí querida y adorada Eolia... que me esperaba en casita para
comer....
Una salida genial.
Donde lo más importante fue el papeo y el bienestar del local elegido...
Una salida que –de repetirse algún día, y como he dicho más arriba- se volverá
a hacer, pero con una simpaticorra ruta previa al almuerzo....
Una salida, como casi todas, para repetirla cualquier fin de semana.... je, je,
je....
NaClu2!!!
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