Por Jaqueton:
El pasado 17 de enero, día de los burros -los que conozcan la fiesta de
Vilanova, me habrán entendido- pasé la noche previa currelando. Currelando, y
rezándole al Gran Manitou... pues se la pasó lloviznando -prácticamente- sin
parar.
A eso de las 6 de la madrugada, ya me encontraba debidamente cambiado, y
preparado para la inminente -y a todas luces, húmeda- marcha.
Efectivamente, a las siete de la mañana, cuando me relevaron de mi puesto de
trabajo, subí a mi pequeña y dulce Bilú It con el traje de romano. Y nunca
mejor dicho... pues además de la indumentaria propia de las rutas... llevaba el
pantalón de agua y los cubre botas. Y lloviznando, arranqué para la capital de
l'Alt Penedès.
A eso de las 7:30, llegué al Monterrey con el depósito de mi montura recién
rellenado.
No tardó en aparecer Moli, con quien cafeteé felizmente, y aunque de momento
parecía que el tiempo iba a contemplar cierta clemencia con nosotros... entre
poner en marcha el GPS, y que éste cuadriculara con los satélites para poner el
destino, acabamos saliendo un poco pasada la hora de salida.
Como el tiempo estaba como estaba, y en cualquier momento nos podía caer un
chaparrón de tres pares... decidimos evitar L'Ordal y tirar para la AP7. Donde podríamos mantener
una media de velocidad más alta, sin "comernos" ni una curva.
Así pues, fuimos a preparar el GPS para la ruta, pero com según parece, Sant
Sebastià de Montmajor no existe para el aparato... como destino pusimos Caldes
de Montbui, que está relativamente cerquita del pueblecito comentado.
La ruta fue tranquila, a buen ritmo, y sin pausa. Poco a poco, nos fuimos
metiendo en el Vallès, hasta que el GPS nos dijo que ya podíamos salir de la
autopista... y ahí empezó nuestra auténtica y particular aventura...!
Empezamos a dar vueltas -como de costumbre en nosotros-, hasta que paramos
junto a unos ciclistas muy simpáticos que estaban descansando en una plaza de
Caldes, que descojonándose -no sé si por las pintas, o por el GPS- nos
indicaron cómo llegar al destino que nos habíamos propuesto.
Aunque antes, fuimos a echar octanado elemento a las panzas hambrientas de
nuestras niñas, que ya estaban más secas que un higo... je, je, je...
Como siempre hay que asegurarse, decidí volver a preguntar en la gasolinera.
Menos mal...! Porque si no llega a ser por las savias indicaciones del señor
que me atendió amablemente, no llegamos... Pues, ciertamente, desde la
prespectiva de la gasolinera, la ruta se vio mucho más clara que desde la
plaza.
El tema era pillar una carretera secundaria -por no decir terciaria- que tenía
que llevarnos hasta "El Farell", y que sinuosamente y con un montón
de curvas... nos iba a ir subiendo, subiendo, subiendo...
Hasta aquí todo correcto, verdad? Pues bien, después de subir, qué viene...?
Bajar?? Muy bien!! Pues eso hicimos...
Empezamos a bajar, bajar, bajar... Curva tras curva, por aquella más que
sinuosa carretera que -además- estaba más mojada que los pelillos del sobaco,
en un 15 de julio, a las 12 del mediodía. Aunque, significativamente más
fría...
Y eso no es lo peor!! Lo peor es que los simpáticos hijos de su santa madre -y
de su reverendo padre- de los quads... entrando y saliendo de la
"carretera", habían ido dejando un inconfundible rastro de barro
rojo, que, sumado a la humedad de la carretera... hacían el tránsito por la
misma -como decirlo-, más... excitante...
Y ya, como guinda... El cartelito simpaticorro que descubrimos a estribor, y
que rezaba: "Fin del asfalto". Tócate los webs!!
Menos mal, que si bien era el fin del asfalto, también lo era de la ruta...
Pues enseguida llegamos a la zona elegida por los amigos de Druïdes MG para
celebrar su décimo aniversario como -si mal no recuerdo- tercer moto Grupo
Catalán.
Allí, nada más entrar por la zona de acampada, nos encontramos a un antiguo
conocido mío, poseedor de una estupenda BMW GS 1200 amarilla. Y tras saludarle
efusivamente, por fin, dimos con nuestros amigos d'Els Mussols!!
Primera, y más importante razón para rutear hasta allí, y poder saludarles como
se merecen...
Al ladito de las brasas almuerceras, pudimos reencontrarnos con Dj10, Locorco,
Nanoo, Pep_Mussol, Roxette, Quixot, Jefe Indio, Jasi, Mary, Rodamon… Todos,
almorzando alegremente, y -según las caras-, tras una larga y alcohólica noche
junto a la hoguera...
Hoguera, que los amigos de Druïdes habían ido alimentando sin pausa, para que
fuera pariendo estupendas brasas para el almuerzo.
Almuerzo que en nuestro caso, he de decir que no pudo ser más oportuno...
Oportuno, y delicioso..! Pues nada más llegar allí, ya nos pusieron en las
manos unas botifarres, con su llesca...
Estupendas botifarres de Calaf, con su "picantón"... je, je, je... Y
que aliviaron estupenda y rápidamente nuestros atribulados estómagos moteros...
La charla con nuestros amigos, oteando el lugar. Precioso por cierto...
Descubrimiento que bien poquitas "custom" habían por allí... constituyeron
nuestra particular "sobremesa".
Los amigos d'Els Mussols, llegado a ese punto, empezaron a recoger tiendas...
bártulos... como la mayoría de los allí presentes, para poco más o menos
inminente marcha. Y Moli y mi menda, decidimos ir tirando. Pues el regreso por
la atribulada carretera, nos tenía el "coco comido"... y no queríamos
dilatar más la marcha. Pues como éramos casi las únicas "custom" que
había... y seguramente, los más inexpertos, y no queríamos encontrarnos
"en medio del pelotón" recorriendo tan accidentada como sinuosa
carretera.
Y ahí no más, nos despedimos de nuestros amigos, y emprendimos el viaje de
regreso...
Ciertamente, al llegar de nuevo al inicio de la carreterilla... una vez abajo
de todo, nos dimos cuenta que era mucho más "la pelota" que nos
habíamos hecho, que el peligro real que entrañó su recorrido. Pero bueno, ya
estábamos abajo, y ya solo nos restaba continuar nuestra particular rutilla
dominical...
Como próximo destino, decidimos tirar para Masquefa. Cerca de Piera... y por
donde teníamos pensado rutear un día de estos para descubrir nuevos lugares
para almorzar.
En ésta ocasión, tiramos sin pisar autopista. Gracias, claro está, al GPS...
je, je, je... Que como es bien sabido, nuestro sentido de la orientación, es
similar al de un zapato zurdo usado... je, je, je...
Y eso quedó patente cuando, rulando por la zona anteriormente mencionada, el
GPS decidió apagarse -sin batería- dejándonos más perdidos que un pulpo en un
garage...!
Cansados de dar más vueltas que un hijo puta el día del padre... empezamos a
preguntar. Y así, nos orientaron hacia Sant Sadurní... De allí, tiramos a
Vilatranca del Penedret... Y una vez en la capital de l'Alt Penedès, tiramos
cada cual para su casa. Pues ya la hora era demasiado tardía para echar la
cervezuela... y había que volver con la familia. Y eso hicimos.
Una vez más, y como siempre, nos separamos cada cual para su casa... a esperar
la próxima y excitante aventura de AMICUS...!
NaClu2!!!