Por Jaqueton:
Trece de septiembre de dos mil nueve… seis menos veinte de la mañana… Suena el
despertador, y éste que os habla salta de la cama como lo haría un abuelete de
ciento treinta años, se arrastra hasta la terraza a otear el cielo –oscuramente
negro-, y olisquear las baldosas...
Baldosas, que estaban secas!! Yuju!!!
Eso quería decir que finalmente no había llovido… ergo, las posibilidades de
lluvia mañanera, quedaban sensiblemente reducidas… y la ruta de aquella mañana
de finales de verano, podría llevarse a cabo… Bufff…!! Menos mal! Con las ganas
que tenía yo de subir a ver a mis amigachos de La Terra Ferma…
No tardé –debido a mis renovados ánimos- en acicalarme como es debido, y tras
comunicar en el foro mis descubrimientos meteorológicos y baldosiles… me
dispuse a prepararme para ir a despertar a mi pequeña y entrañable Bilú It, que
aquella mañana iba a salir con fibra nueva en el silencioso; pues el intento de
rodar a escape libre… era demasiado escandaloso para arriesgarme a sacarla a
aquella hora, del parking subterráneo del centro de Sitges, donde pernocta…
Principalmente, porque “en la superficie”, a esa hora precisamente, acostumbran
a haber… malos… je, je, je… Malos, de esos que multan… Así que mejor no
despertarles… y que sigan durmiendo en su atareada ronda…
Salí de
Así las cosas, se presentaba una de las mejores jornadas de ésta temporada…
Salí de noche… como a mí me gusta. Y cuando encaré a mi destino -donde
encontrarme con mis amigos y compañeros de ruta-, empezaba a amanecer. Una de
las mejores experiencias moteras que se pueden tener…
Otear un horizonte donde las luces de la mañana le dan a uno todos los colores
del arco iris, mientras la carretera empieza a perfilarse clara, sin sombras… y
en un momento del día, en que la vía está vacía. Donde uno está solo con su
burrica y el asfalto…
El trayecto hasta allí, tranquilo y muy pausado. Sin prisas, pero sin pausas.
Disfrutando a tope el momento, y soñando con cafetear un poco antes de salir…
Justo antes de llegar, detrás de una curva, un coche de los gossos!!! Menos mal
que le puse el silencioso a mi pequeña… je, je, je… porque tal como me los
encontré, si llego a ir “libre” me habrían destrozado la parte más íntima del
final de mi espalda…
A todo esto, llegué a la gasolinera de Santa Oliva donde ya se esperaba el
compañero Fredy… Y tras comprobar que por allí el único café que había eran
unos vasitos auto-calentables, llené el depósito y me dispuse a echar un
pitillo con él.
No tardó en llegar el inefable Moli, con su Negra, y su buen humor mañanero.
Llenó el depósito… y tras una alegre charla a tres bandas, decidimos que ya era
hora de salir para nuestro destino más inmediato: La gasolinera de Corbins!
Donde mi pequeña debía reponerse "depositilmente" hablando.
Decidimos –como ya habíamos planeado que se haría-, subir por
Así pues, a buen ritmo, fuimos subie… no, no, no… Antes de pillar la autopista
–y como viene siendo costumbre en nosotros-, paramos por un contratiempo
imprevisto.
En ésta ocasión, el chaleco de Fredy… que decidió deshacer las ataduras del
costado izquierdo, y revolotear a sus anchas…
Solucionado el tema, pillamos la autopista… y entonces sí, subimos a buen
ritmo…
Sacamos nuestra tarjetita… y ala! Para Montblanc…!
Una vez en Montblanc, para Tàrrega… Y por
A mí personalmente, me costó un poco mantener el ritmo… Problemas mecánicos, de
coco… en fin, problemillas que me impidieron seguir a buen ritmo a mis
compañeros. Pues en esta ocasión, el Capitán de Ruta era Fredy… y yo ocupaba la
última posición en la comitiva motera…
Pero aún así, subimos a muy buena marcha…
Llegando casi a Lleida, en la primera salida que indica “Balaguer”, el amigo
Fredy hizo ademán de cogerla… pero yo, que recordaba por donde salimos el día
que conocimos personalmente a Pipeta y Osito, adelanté al grupillo haciendo
sonar el claxon como un poseso, y a tiempo, pudimos seguirlos tres en ruta
hasta nuestro destino…
En la siguiente salida “Pardinyes-Corbins”, nos salimos sin problemas y en un
periquete llegábamos a la gasolinera de marras…
Y la verdad es que andábamos por buen camino, pues la carretera estaba
infestada de moteros que acudían –sin duda alguna- a la “15ª Motard” de
Menàrguens!!
Al entrar en la gasolinera, vimos un grupo de moteros que se preparaban para
arrancar motores y seguir ruta… La mayoría de ellos, con un parche amarillo
inconfundible a la espalda. Los Birraiders MG!!!
Y entre ellos, como no, mi buen amigo Pipeta!!!
Paramos las motos, y nos liamos a saludar…. Pipeta, su hijo –Cansino lo
llaman-, Osito, Bribón, su esposa, Espíritu Libre, el hijo de Osito, y alguno
más del que no recuerdo el nombre… Pero todos, muy, pero que muy buena gente…
Una verdadera suerte, y una alegría sin fin, el haber podido coincidir con
ellos…
Allí llené el depósito de mi pequeña, que aunque aún tenía medio bien bueno –en
autopista el consumo me baja algo- siempre está bien mantenerlo en un nivel
óptimo, por lo que pueda pasar…
Tras el llenado, me eché un pitillo a los pulmones… y arrancamos motores sin
más, para llegar a Menàrguens!! Donde seguro que habría ya un montón de gente…!
Anda que me equivoqué!!! Las calles de Menàrguens, estaban infestadas de motos,
motillos, trikers… y hasta coches de época! Escarabajos, Seiscientos, e incluso
algún Rolls Royce, hacían las delicias de los allí presentes…
Aparcamos las motos donde pudimos –un callejón apartado y tranquilo-, y nos
dispusimos a ir a buscar el almuerzo… pues el hambre empezaba a acusarse en
nuestros moteros estómagos…
De camino hasta allí, no solo esquivábamos gente –que había un montón-, sino
que también teníamos que esquivar motos y motos… que estaban estacionadas por
doquier…
Llegamos a la cola de los almuerzos, que era larga pero avanzaba a una
velocidad fantástica… y como si estuviéramos en la mili, nos fueron dando el
papeo… Primero, el pan untado con tomate y aceite. Luego, un buen pedazo de
botifarra –llonganissa la llaman por aquellas tierras-, y un pedazo de
botifarra negra.
Se conoce que también hubo panceta… pero se les acabó. Y es que éramos muchos
los que hasta allí acudimos!!
En otra barra, uno podía pedir una cervezuela, o un refresco, agua, o lo que
quisiera para acompañar el excelente bocata que nos dieron, dicho sea de paso,
por el módico precio de cero euros…! Y es que la gente de Menàrguens se lo
montan de buten cuando organizan su “Motard”…
Engullimos ávidamente el bocata, amenizados con buena música… y escuchando más
tarde, la espectacular ruta turística por la zona… Ruta, que por lo que
comentaban los amigos de Birraiders MG, iba a ser kilométrica a tope; así que
nos lo pensamos dos veces antes de animarnos a hacerla…
Y como el compañero Fredy tenía que llenar depósito… decidimos ir hasta una
gasolinera cercana a llenar quien lo necesitara, y echar de paso el cafetín en
la cafetería de al lado…
Nos íbamos ya del lugar, mientras yo me iba armando un pitillo para el camino…
cuando una mano huesuda y llena de dedos me dio un amigable empujón…! Me giré,
sorprendido, y aún me sorprendí más cuando vi a Hombre de Nieve con su bocata
en las manos sonriente y jovial…!
A su lado, Lis… y más allá, Quique y Falcó... Los halcones, que se habían
acercado hasta Menàrguens!!
Los saludamos a todos debidamente, y junto a Birraiders MG, iniciamos con ellos
una estupenda charla… Estupenda, y demasiado larga… pues los que ya habíamos
comido el bocata, estábamos necesitados del líquido cafeínico que nos pondría
las pilas…
Moli, que tenía ansia por echarse algo a la boca, se pidió uno en la barra de
la concentra y aprovechó la cucharilla –que le acompañaría el resto del día-,
pues el amigo Moli lleva ya tres semanas sin fumar… y está justo en una de las
fases más jodidas del proceso de olvidar la nicotina…
Cuando por fin terminaron los bocatas y la charla, todos, nos fuimos juntos a
por las motos… Felices de la buena acogida de los amigos de Menàrguens. Cuya
concentración nos dejó un estupendo sabor de boca…
Arrancamos motores, y nos fuimos concentrando todos –Birraiders MG, AMICUS y
los futuros Halcones ML-, en la calle principal…
Cuando ya estuvimos preparados, iniciamos la marcha.
La primera parada fue la gasolinera que antes comentaba, en la cual el garito
estaba cerrado… y tuvimos que proseguir. O sin antes llenar los depósitos que
así lo requerían…
Proseguimos pues, pero no a por cafeles, no… Osito, gran conocedor de la zona
en la que vive, nos deleitó a todos por una ruta campestre y divertida, por
carreterillas tranquilas, y paisaje precioso… Y es que no es por azar que
Unos treinta o cuarenta kilómetros más tarde, llegamos al pueblo de Esther y
Tomás… quienes no pudieron acudir a Menàrguens, pues la noche anterior fueron
fiestas en Bellpuig, y los jovenzuelos no tuvieron mejor hora para acostarse,
que las cinco de la mañana… Y claro, por la mañana aún estaban en el primer
sueño prácticamente…
Pero los amigos Birraiders MG, muy cachondones ellos… decidieron que sería muy
buena idea ir a despertarles…! Y así lo hicimos!!
Nos plantamos frente a la casa, y a golpe de gas… destripada de tubos, y
desgañitamiento de claxons… conseguimos que la parejita saltara de la cama y se
asomara a la ventana, donde les esperaba una motorizada sorpresa!
La verdad es que eso me lo hacen a mí, y les vacío el orinal –si lo usara- por
la ventana… Pero Esther y Tomás, que son una gente encantadora y
simpatiquísima… lejos de molestarse, nos invitaron a pasar!! Y no solo eso, nos
hicieron café!!!
Qué gente más que de puta madre!!!
Así pues, un momento más tarde… teníamos las motos –más o menos- debidamente
aparcadas… y nos encontrábamos en el patio-jardincillo de la casa, celebrando
una estupenda reunión…
Un jardincillo más que chulo… Donde los membrillos están hermosos como ellos
solos… Donde las florecillas se abren lozanas, embriagando con su aroma por
todas partes…
Donde, una estupenda barbacoa hace las delicias de nuestros amigos más de mil
veces. Y donde, además de cualquier flor imaginable… también crecen unas
aromáticas y preciosas plantas que hicieron –más que las delicias- el placer
baboso de más de cuatro de los que hasta allí nos acercamos a contemplarla…
Anda que no debe estar contento el cuñado de Esther –propietario según ella de
las plantas-, cada vez que va a visitarles…!!! Je, je, je…
También hay un lorete verde, en su jaula en un árbol… Que como lo tienen muy
bien educado, nos regalo unos preciosos “hola”, cuando nos vio aparecer… Y un
perro!! “Bart” creo recordar que se llamaba…
Quien se puso más que contento en cuanto nos vio, pues supuso que ese día la
barbacoa iba a funcionar, y con ella, unas hermosas botifarras…! Pero no fue
así…
A todo esto, Ya teníamos preparado el café, las cucharillas, la leche, los
vasos y el azúcar… y ala! A cafetear! Aunque quien así lo quiso, se tomó una
cervezuela… o un vaso de agua… Pues la hospitalidad de los amigos Esther y
Tomás, no conoce límites...
Allí estuvimos un buen rato de cháchara… hasta que nuestros improvisados
anfitriones su hubieron cambiado. Entonces, fue cuando se nos ocurrió hacer los
propio con los amigos Huracaan y Merche!! Que viven en Bellpuig…. y que como
ellos, seguro que se acostaron a las mil…
Así pues, ni cortos ni perezosos, arrancamos nuestros motores… y capitaneados
por Tomás y Esther –Esther tenía la moto en reparación-, fuimos hasta el pueblo
de los amigos Huracaan y Merche, que está al lado…
En un periquete, cruzamos el pueblo… y nos plantamos frente a la vivienda de
nuestros amigos… Y venga!! Repetimos!!!! Gas, gas, gas!!! Y claxon!! Y… Y nada…
Nuestros amigos no estaban en casa… pues llamaron al timbre, y allí no salía
nadie…
Nuestro gozo, en un pozo… pero seguro que los vecinos “cogieron el recado” y se
lo comentarán a Huracaan… ja, ja, ja…
Fue en aquél momento, cuando lo compañeros Quique, Hombre de Nieve, Falcó y
Lis, decidieron batir sus alas de regreso al nido… Así que fraternalmente nos
fuimos despidiendo, y montados en sus hermosas Vulcan –azul, roja y negra-, les
vimos desaparecer tras la esquina…
Seguramente podremos volverles a saludar el próximo 26 de septiembre, pues
acudiremos a Pina de Ebro, y parece ser que ellos también tienen esa intención…
Así pues, hasta entonces compañeros…!
Quien también se despidió en ese momento, fue Espíritu Libre… A quien no
sabemos cuándo volveremos a ver… pero que como todos los Birraiders, es un tipo
fenomenal, y esperamos poderle saludar de nuevo, y compartir con él kilómetros,
bien pronto….
Nosotros, dimos media vuelta, y con Tomás haciéndonos de Cicerone, acudimos a
una plaza del Bellpuig de Huracaan a cervecear y reposar un rato… Que ya nos
tocaba echarnos algo fresquito en el gaznate… je, je, je…
En la plaza en cuestión, se estaban celebrando unas sardanes… Coss harto preciosa
si te gustan… Pero nosotros, la verdad, habríamos preferido un concierto de Los
Mojinos… je, je, je…
Nos sentamos en una mesa al lado del chiringuito, y ordenamos bebercio a una
camarera simpaticorra que nos atendió gratamente.
Bribón y un servidor, tuvimos la desgracia de sentarnos de espaldas a un sol de
esos que llaman de justicia… y allí nos estábamos asando, mientras los demás se
relajaban a la sombra que les procuraba el chiringuito, y el árbol de al lado…
En más de una ocasión estuvimos tentados de darnos la vuelta, para que el
“negro” fuera uniforme… Pero es que al otro lado estaban las sardanes, y la
opción no era muy halagüeña que digamos…
Y hablando de negros… Quién fue el listo al que se le ocurrió decir que los
moteros llevamos siempre camisetas negras? Porque vaya tela…! Asaícos estábamos
el pobre Bribón y yo cuando decidimos –pues se terminó el líquido de nuestras
botellas-, levantarnos y emigrar…
Arrancando las motos, nos despedimos de mi compañero de “soleá” y de su
simpática esposa, que debían acudir a su casa con sus niños…
Nosotros, nos dispusimos –una vez más- a ordenar el grupo y emprender la marcha
capitaneados por Tomás… En esta ocasión, hacia Lleida. Donde comeríamos en el
“Wok”. Estupendo restaurante chino-self service, donde uno puede comer hasta
que se harte…
Salimos pues de Bellpuig… delante iban Tomás y Esther, seguidos del hijo de
Osito. Tras él iban Pipeta y Cansino. Un amigo Birraider con una Keeway como la
del hijo de Osito, del que no recuerdo el nombre… Detrás, yo… y…
…y yo… miré por los retrovisores y no vi a nadie!!! Coño…!!!
Miré, y miré, y volví a mirar… Como si no me creyera lo que me decían los
retrovisores… pero allí no había nadie!!!
Así que le di gas a la pequeña Bilú It, no venía nadie de cara, me cambié de carril
con el intermitente puesto… y adelanté a todo el grupo para –una vez pasado-,
poner el intermitente derecho y hacerle señas con la siniestra al capitán, para
que pararan todos en el arcén. En fila india, y sin apelotonarse…
Y es que nos faltaban Fredy, Moli y Osito!!!
Estaba yo a punto de llamar a uno de los primeros… cuando el tercero llamó a
Tomás.
Habían tenido un contratiempo con la moto de Moli, pero ya se encontraban en
perfecto estado, y a punto para alcanzarnos… Así pues, les esperamos –no más de
dos minutos- y enseguida aparecieron en el horizonte, montados en sus
fantásticas monturas….! Je, je, je….
Como sabríamos más tarde, Moli había tenido problemas con la adherencia de su
neumático trasero… pero tras comprobar que éste estaba bien, ya estaba listo
para la marcha.
De este modo, nos volvimos a juntar las ocho motos, y todos juntos –cual nipona
flota combinada- en perfecta formación… pusimos proa al restaurante. Donde nos
esperaba la segunda parte de los comensales… y que como nosotros, seguro que
estaban ansiosos por comer…
Llegamos al garito, y paramos ordenadamente las motos justo en frente…
Osito, nos ofreció el maletero de su coche como “armario”, donde guardar cascos
guantes y chupas… Y sin más dilación, pasamos al interior del restaurante,
donde una china muy simpática –como todas- nos tomó nota de la bebida…
Algunos fuimos al servicio a vaciar el depósito y lavarnos las manos… Pero
cuando fue hora de secárnoslas, descubrimos que allí había una tradicional
toalla –por otro lado, ilegal en un establecimiento público-, y cualquiera
metía sus zarpas allí, justo para ponerse a comer luego…! Así que nos las
secamos como buenamente pudimos, y acudimos a la mesa a deleitar nuestros
estómagos con mil y una delicias que allí se ofrecían…
Y empezó la bacanal!!! Regada, eso sí, con vino con mucha gaseosa… je, je, je…
Que luego había que conducir, y no estaba la cosa como para jugársela…
Uno a uno, fuimos haciendo viajes… Dejando platos sucios, tirando desperdicios,
y volviendo a la mesa con deliciosas viandas…
Primero, entrantes, frituras, arroces, ensaladas... Bañadas con salsas
variadas, mahonesa…
Luego, carnitas fritas, pescado a las plancha, mariscos…. Especialidades de Wok
con salsa de ostra, de setas, setas chinas… En fin, de todo…!!
De todo, de todo… Incluso arena!! Porque lo que son las navajas, llevaban más
arena que un camión de la obra!! Pero bueno, es perdonable en un local de esas
características…
Y luego, cuando los estómagos empezaban a dilatarse… llegó la hora de los
postres…!!! Que si helados de chocolate y vainilla… que si flanes… brazos de
gitano, cakes, gofres con o sin chocolate… Frutas… Melón, piña, sandía, uva,
plátanos, naranjas…
Vamos, que nos pusimos como se dice vulgarmente: Como el quico!! Je, je, je… Y
es que a eso es a lo que habíamos ido hasta allí, no??
A todo esto, mi encantadora y dulce mujercita… me mandó un sms contándome que
en Sitges –donde vivimos- estaba cayendo un diluvio, que ni el de Noé!!! Que
las calles –como es costumbre cuando cae un chaparrón, pues son rieras- bajaban
llenas!! Que ella, que acababa de llegar de visitar a sus padres en Granollers,
había llegado a casa más empapada que una esponja… Y que si no lo veía claro,
que me quedara a dormir por la zona…! Pero que no me arriesgara a acudir con la
moto, porque la tormenta era de las de aúpa…!
Vaya tela… Y nosotros en Lleida, con un sol de tres pares de cojones…!!!
Pedimos la cuenta, y decidimos ir a echar el café a otro sitio… Pues el café
del chino aquél, es más malo que pegarle a un padre con un calcetín sudao…
Cosa que agradecimos los fumadores… pues tampoco se puede fumar…
Así que salimos del garito tras liquidar la cuenta, y nos fuimos a un bareto de
al lado donde nos pusieron unos carajilletes y unos cafelotes, que nos
acompañaron gratamente en la sobremesa de aquella genial comida que acabábamos
de celebrar…
Mi mujer, nerviosa y alterada como estaba por el tormentón, me llamó para
insistir en que no hiciera tonterías y me quedara a dormir en algún sitio –el
amigo Pipeta me ofreció generosamente una habitación, y no había problema-,
pero es que la verdad… allí hacía un sol que petaba las piedras… Y además, no
era cuestión de dejar que Fredy y Moli marcharan juntos…
Como decía un antiguo compañero nuestro de rutas: Se sale juntos, y se vuelve juntos.
No tardamos demasiado en liquidar los cafés… y en un periquete estábamos de
nuevo despidiéndonos todos, ante el coche-armario de Osito…
Cada cual, tras el opíparo banquete, deseaba llegar cuanto antes a su casa para
tumbarse a la bartola en el sofá… esa tarde de domingo. Bueno, el hijo de Osito
–que como corresponde a su edad-, había trasnochado de lo lindo… seguramente se
tumbaría a roncar plácidamente… je, je, je… porque se le notaba que llevaba
sueño… je, je, je…
Pero quien no lo ha arrastrado de joven…?
Tras despedirme gratamente de Pipeta… Osito, Fredy y Moli me esperaban para
emprender la marcha. Pues el primero nos iba a acompañar hasta coger la
carretera a Les Borges Blanques –si no recuerdo mal,
Desde aquí, un enormísimo abrazo, campeón!!
Nosotros, tras la rotonda… emprendimos la carretera que nos llevaría hasta
Montblanc, donde pensábamos pillar la autopista y saltarnos así el Coll de
Santa Cristina, y el de L’Illa…
Ante nuestros ojos, el horizonte –solo por una zona- empezaba a volverse gris…
Malo, malo, malo…
Llegamos a la primera gasolinera que encontramos, y cerrada!! Buff…
Empezó a llover… y yo, como un crío chico, empecé a acojonarme…
Lo siento, pero prefiero cien veces la niebla o el frío de las madrugadas de
invierno, que la lluvia. No sé… Me agarroto sobre la moto, y soy incapaz de
doblarme en la curva más abierta…
A todo esto, llegamos a Juneda, donde la gasolinera sí estaba abierta…
Cuando llegamos, la lluvia continuaba incesante… pero podían verse rayos de
sol, y cachos de cielo bien claros… Así que los ánimos –los de mis amigos y
compañeros de ruta- seguían altos.
Llenamos depósitos… echamos un pitillín cobijados en el lava-coches… y en
cuanto vimos que no llovía y que el sol calentaba de nuevo el asfalto,
arrancamos nuestras burras para afrontar el camino hasta nuestras casas…
No sin antes, esos sí, ponerme los pantalones para lluvia que llevo en las
alforjas.
Continuamos la marcha hasta Les Borges Blanques… después Vinaixa…
Yo seguía rodando a un ritmo extremadamente lento, y me costaba pillar a mis
compañeros, que aminoraban por no alejarse demasiado.
Volvió a arrancar de nuevo la lluvia, y un rato más tarde, paró definitivamente
para no molestarnos más… Cosa que agradecí sobre manera, pero mis nervios
estaban ya a tope, y me fue imposible volver a relajarme sobre la moto que
conducía como un autómata…
Seguimos la carretera –ya digo que por mi culpa- a un ritmo bastante reducido-,
hasta que llegamos a Montblanc…
Allí el amigo Fredy se salió en una salida –luego sabría que para pillar la
autopista-, y Moli siguió recto.
Y yo, que creí que nos juntaríamos tras el puente los tres, sin más
complicaciones… seguí tras Moli.
Efectivamente, nos volvimos a juntar tras el puente… pero cuando unos
kilómetros más adelante vi el Coll de L’Illa… me cogieron todos los males
habidos y por haber…! Qué tensión agarraron mis riñones!!
Lo subí lentamente, hasta que llegué al punto más álgido, donde me esperaban
mis compañeros.Allí eché un pitillo, charlé un rato con ellos, les pedí mil
perdones por mi torpeza… y al poco, emprendí sólo el camino de bajada.
Me fui delante, para que no tuvieran que esperarme… pero cuando llegué a la
rotonda que te manda para El Vendrell… decidí pararme a esperarles.
Y es que iba tan rallado, que no me sentía a gusto sin saber si andaban bien…
A partir de ahí, ellos fueron tirando… y yo iba a mi ritmo. Pillé el Coll de
Santa Cristina sin sol, mojado a tope… y eso solo hizo que ponerme más
nervioso!! Menos mal que los coches que me seguían supieron tener paciencia, y
no me metieron caña…
Un poco más adelante, mis compañeros se esperaban… y tras parar, decidimos
parar en un bar que conocía Moli cerca de L3F.
Moli pues, nos guió hasta el bar… pero estaba cerrado…! Así que regresamos a
L3F, y aunque estaba también cerrado… pillamos unas cervezuelas en la
gasolinera de al lado, y nos sentamos en las mesas externas del local…
Allí estuvimos un buen rato valorando el día, aconsejándome, charlando en
general… Y cuando ya se hizo una hora como para no entretenerse mucho más,
decidimos partir ya cada cual a su casa...Después de haber pasado un fantástico
día con nuestros amigos de La Terra Ferma…
De Moli nos despedimos en el desvío a Santa Oliva –unos kilómetros más
adelante-, y con Fredy continuamos la ruta para El Vendrell… Calafell, Segur,
Cunit, Cubelles… y en la última salida para Vilanova i
Yo, seguí ruta hasta Sitges. Donde entré por
Finalmente, llegué a mi casa, donde me esperaba mi mujercita… Me repuse en un
periquete, y me dispuse a esperar pacientemente nuestra próxima aventura…!
Que si todo va bien, y el tiempo lo permite, será Perros del Ebro 2009… en Pina
de Ebro!!
Y nada más… solo despedirme de todos los que habéis tenido los huevos de leer
ésta croniquilla… je, je, je… Y mandaros desde aquí el mayor y más cariñoso
abrazo a los que en ella salís…!
NaClu2!!!!
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