


Por Jaqueton:
El 15 de noviembre del presente año, vivimos otro día grande para nuestro bien
amado AMICUS…!!
El compañero y amigo Tito, estrenaba en ruta a su preciosa Águila Negra, que
como veréis a continuación, se portó de la reputísima madre…!! Je, je, je…
Por la mañana, quedamos él y yo en Plaça d’Espanya, desde donde arrancaríamos
la primera parte de nuestra ruta hasta el punto de encuentro en Vilafranca…
Cuando llegué, ya estaba allí. Y es que el hombre esa noche trabajó… y sin
acostarse, se equipó como era debido, para enfrentarse así a la primera de sus
salidas con AMICUS, como jinete maestro de su cabalgadura…
Arrancamos, pues, cuando serían las siete y veinte de la mañana… esperando
encontrarnos la niebla que me encontrara yo el día anterior a la altura de
Canyelles.
La subida, tranquilita…. Sin prisas, pero sin pausas.
Llegando a Canyelles –donde no había ni rastro de niebla, afortunadamente-, las
pedorreras incontrolables de mi Bilú It me hicieron decidir parar a llenar ipso
facto el depósito de mi pequeña.
Justito me fue, para llegar a la altura del surtidor! Pues allí mismo se paraba
ya…. Je, je, je…
Qué grande la naturaleza!! Cuando le entran esas pedorreras a mi pequeña, es
que necesita llenar su metálico estómago…. A mí en cambio, cuando me entran
semejantes sonatas acústicas de escape, es porque necesito vaciar las tripas…!!
Total, que ambos llenamos sendos depósitos de nuestras pequeñas… y partimos de
nuevo a la ruta, deseando tomar nuestro matutino cafetín…
Llegamos al Monterrey, y allí todavía no había nadie.
Por no haber, no estaban ni los dueños del establecimiento… y en su lugar,
estaban sus dos hijas que –a juzgar por el estado de las pastas- habían abierto
tarde…
Las ayudamos a sacar las sillas y las mesas de la pingüe terraza, y allí mismo
tomamos asiento dispuestos a esperar al resto de la comitiva motera de aquella
mañana de mediados de noviembre… En la que hacía fresquito, pero no el
suficiente como para no poder estar en la terraza.
No tardó en llegar el amigo Moli, a lomos de su negra… Se pidió un cortadete
justo cuando nos servían nuestros cafeínicos pedidos, y los tres nos dispusimos
a esperar a Fredy, Miguel, y posiblemente Lalo.
Los dos primeros llegaron pocos minutos más tarde, y coincidiendo con su
llegada, las niñas de la panadería sacaban las pastas del horno…! Ya era hora!!
Sacaron más cafelotes… Fredy averiguó que su presencia allí –la de las niñas-
era debido a la celebración de los veinticinco años de casados de sus padres… y
confirmaron nuestras sospechas de que habían llegado tarde a abrir el boliche…
Y claro, como todo silencio tiene un precio… las niñas nos sobornaron
perdonándonos el plus en el precio de terraza… je, je, je…
A las ocho y media en punto, los cinco saltamos de la mesa para prepararnos el
viaje de subida a Rubió…!
Antes, eso sí, nos ordenamos correctamente en la formación del grupo, que por
esta vez iría encabezado por mi menda lerenda, que recuperaría por unas horas
mi función de Route Captain, que en tiempos, me dio tantas satisfacciones….
Tras de mí, marcando el ritmo de la comitiva, el amigo Tito y su pequeña…
Luego, Moli y Miguel. Y tras ellos, cerrando el grupo y cumpliendo con la
encomiable función de Moto Escoba, el inconmensurable Fredy…
Arrancamos pues la formación, y nos fuimos directos a buscar una entrañable
N-340, que en breves kilómetros nos dejaría en la C-15 que nos subiría hasta la
capital de l’Anoia…
La ruta fue tranquila… A muy buen ritmo, y mucho más regular de lo que
esperaba.
Pues mi pequeña 125, tenía cambios de ritmo quizá más bruscos y difíciles de
recuperar que los de el Águila Negra de Tito…
Cuando entrábamos en los túneles que hay hasta Igualada… no me hacía falta
mirar por los retrovisores para ver si estábamos todos, pues los sonoros tubos
nuevos de la Sportster
de Miguel, anunciaban la entrada de la cola del grupo al túnel… je, je, je…
Qué maravilla de tubos!!! Qué precioso sonido…!!! Qué lujazo llevarlos en la
burrica….!
Miguel, ese día, además de tubos… estrenaba casco. Pero por lo que le apretaba
y se quejaba, creo que no lo tenía muy contento…
Chino-chano, y disfrutando del trayecto, en un ratico llegamos a Igualada…
Donde decidí no parar, pues todos acudimos a la salida con los depósitos
llenos…
Y así, de ese modo, tiramos directamente para Rubió. O más concretamente, al
Ruta al Oeste…!
Carismático establecimiento, al que en AMICUS tenemos un cariño muy especial…
Tras un breve trayecto por la A2,
y tras echar unas cuantas curvitas tranquilas… entrábamos triunfalmente en el
aparcadero del Ruta, donde un Juan sonriente se disponía a echar un cafelote,
antes de colocarle las alforjas a su preciosa HD Electra…
Aparcamos, nos desvestimos… Saludamos efusivamente a Juan.
Quien me dijo que era legal –cosa que yo no sabía- llevar en España, la
matrícula en un lateral… Siempre y cuando se respeten unas distancias mínimas
respecto al suelo, y al eje longitudinal de la moto…
Cosa de la que me informaré como es debido, pues me encantaría poder lucir mi
rueda un poquito más ”limpia”… je, je, je…
Sin más dilación, pasamos al interior del bar, donde una simpaticorra Merche
nos esperaba para satisfacer nuestras necesidades estomacales, gastronómicas y
moteras…!!
Y venga!! Huevos fritos, panceta, butifarra, morcillas, mongetes y alioli a
tutiplén!!! Je, je, je…
Viva el colesterol!!! Gritaban nuestras tripas….
Solo faltó –aunque Fredy pidió uno- un porrón!
Para que Tito siguiera practicando con tan práctico utensilio para chupar vino
mientras uno yanta…
Comimos la mar de bien. La sobremesa cafeteril, estupenda…!!
Pero lo mejor, lo encontramos en la parte de fuera del bareto, cuando salimos a
tomar el aire… y encontramos que hacía una temperatura más que ideal…!!
Vamos, que era para quedarse allí sentados…. O mejor tumbados… Y pedir unas
copichuelas de lo que sea para ir digiriendo la comida.
Pero no podía ser… Yo entraba de tarde, el amigo Tito venía sin dormir… y
Miguel tenía que llegar a una hora prudente a casa.
Así que nos dirigimos a pagar nuestras deudas con Merche, y nos fuimos directos
a Juan, que en la tienda daría buena cuenta de nuestras carteras… je, je, je…
Y es que en aquella tienda, hay que tener mucha fuerza de voluntad para entrar
y no comprar nada… pues hay de todo…!!
Y yo, aunque me fui de allí sin comprar… no digo yo que no suba un día a
pillarme una chupa que vi la mar de molona, de piel y con protecciones… que no
llegaba a los cien euracos…!
Pero es que le tengo mucho cariño a la mía, que lleva ya dos décadas conmigo….
Y me parecería un ultraje cambiarla…
Los que sí compraron, fueron Moli y Tito…!
El primero, unas gafas de sol… A ver si esta vez ha acertado en la elección…!!
Pues no ha tenido mucha suerte con las últimas….
Y el segundo, se procuró un estupendo chaleco… y una genial águila para la
espalda…!!! Je, je, je… Parecía un niño en el día de reyes… je, je, je…. Era
todo ilusión el hombre…!!
Coincidiendo con la llegada de otro grupico que seguro que iban a llenar las
tripuelas… montamos en nuestras burras, y a pie de la virada carretera que te
lleva hasta allí, rearmamos el grupo en el mismo orden de la ida… para volver
por donde habíamos ido.
Valoramos la idea –que otro día haremos- de volver por La Panadella y Santa Coloma
de Queralt… para así otear otro garito que nos han contado que está muy bien…
Pero debido a la hora, y a la necesidad de llegar a casa a una hora prudente,
decidimos volver por nuestra amiga, la
C-15… y dejar –como digo- el descubrimiento de nuevos
establecimientos para otro día más adecuado…
El regreso fue colosal.
A muy buen ritmo, devoramos todos y cada uno de los kilómetros que hay hasta
Vilanova i la Geltrú…
donde Miguel se separó del grupo para acudir a su casa… y donde el resto del
grupo tiramos por la C-31
para Cubelles.
Donde teníamos pensado cervecear en el Hollister…
Y allí no más, dimos por terminada la ruta de ese décimo quinto día de
noviembre…
Allí, echamos unas birricas… saludamos a algunos amigos… y terminamos la
fiesta, echando cada cual la proa para su olivo….
Moli enganchó la C-31
dirección Santa Oliva…
…y nosotros –capitaneados por Fredy- tiramos por el lado de playa de Cubelles
hasta pillar la C-31,
donde nos separamos de Fredy en Vilanova.
Antes, hicimos una parada –la parada típica e improvisada de cada ruta-, porque
el palestino de Tito se desató… y rozaba la rueda…!! Y claro, imaginaos si éste
se engancha en la rueda!!!
Pero bueno, parada técnica, reanudación de la marcha…. Y para casa!!!
A soñar con la próxima, y a reposar la presente que ya mismo será pasado… je,
je, je….
NaClu2!!!!