Por Jaqueton:
El siete de noviembre pasado… coincidiendo con el que será –quizá- el primer
fin de semana fresquito de la temporada invernal… Recuperamos LB2 como punto de
encuentro cafeteril y gasolinero.
Sin haber dormido mucho, y despertándome pronto… salí de casa dispuesto a
rutear más que tranquilamente con Bilú It; pues según diagnosticó Josep –mi
mecánico-, se ha agujereado la membrana del carburador, y esa es la razón por
la cual a partir de cierto punto del gas, es como si no le dieses. No suben las
revoluciones, y la moto no acelera. Total: que a duras penas me pasaba de
noventa kilómetros por hora…
Así pues, en esas condiciones, partí para Bellvei. Donde tras rellenar el
depósito a mi pequeña, me dispuse a pasar dentro del garito… a cafetear un
carajillote y fumarme un rossli pequeño. (Aprovechemos antes de tomar la gran
decisión)
Correrían las siete y veinte de la mañana…
Allí estuve cafeteando, hasta que llegó el amigo Mili. Único compañero en la
ruta de esta semana… Pues el incombustible Fredy tenía tareas retrasadas, y se
debía a sus deberes…
Tras charlar un ratito, y llenar nuestros depósitos de gasolina –llenos ya los
de nuestras niñas- salimos para
El trayecto fue más que tranquilo. Tratándose de solo dos motos, convenimos que
yo fuera delante… pues así marcaría el ritmo al que pudiera llegar mi enfermita
pequeña.
El problemilla de mi carburador no permitía grandes velocidades… pero
tratándose de una nacional –N-340-, y habiendo como había, circulación variada
de latas… el ritmo que llevamos fue el mejor y más adecuado a la ocasión.
Llegando a nuestro destino, creyendo saber exactamente dónde se encontraba el
garito… me metí por las angostas calles del casco viejo de la capital
tarraconense. Pero en seguida –para curarme en salud y no liarla- le pregunté a
un abuelete por la popular “plaça del fórum”, y tras sus específicas
explicaciones descubrimos que la mentada –que no mentolada- plaza, se
encontraba justo en la calle de al lado…!
Y por fin llegamos!!!
Una vez más, se nos acumuló la sangre en la cojonera, y el pito nos hizo un
emotivo gesto, al contemplar la fachada del edificio donde se ubica tan
carismático local…
Uno de los más viejos –por no decir el que más- de cuantos hay por la zona…
De los más viejos… y de los más concurridos!! Pues no pudimos sentarnos en la
mesa que tenemos por costumbre hacerlo… Bueno, ni en la mesa, ni en el local…!
Pues éste estaba a reventar, y nos vimos obligados a situar nuestras posaderas
en las sillas de la terraza…
Y suerte que el sol se animó a calentar el ambiente… porque la temperatura en
dicha terraza –a priori- no era la más adecuada para sentarse a almorzar…
Dato –este último- por lo visto totalmente desconocido por la peña que ocupaba
casi la totalidad de las mesas que
Y es que para hacer honor a la verdad, se conoce que los sábados en esa plaza
celebrar un verdulero mercadillo…. Y esa sería sin duda alguna, la razón por la
cual el garito estaba lleno hasta la bandera…
No tardaron en tomarnos nota –aunque puedo decir lo mismo del tiempo que
tardaron en servirnos- y cuando lo hicieron, nos dieron la peor noticia de
aquél día: No había mondongos!!!
Y es que todavía no hace el frío suficiente para que las expertas manos del
cocinero se animen a crear –de una receta sacada de su madre- aquellas
suculentas maravillas llamadas mondongos…. Otra vez será…!
Pero bueno, había baldanes… je, je, je… Y como a falta de pan, buenas son
tortas… me pedí un par de huevos, una baldaneta, y unas mongetes… Y Moli,
repitió el plato, sustituyendo –eso sí- las mongentes por unos pedacicos de
panceta…
Cuando llegaron los suculentos platos, los devoramos como lobos!! Y es que
estábamos hambrientos de verdad…!!
Saboreando cada bocado… perdiéndonos en cada mordisco…
Y luego… una estupenda, cafeínica, charlera y terracera sobremesa!
Que se extendió hasta que decidimos liquidar cuentas, levar anclas, y dirigir
nuestras proas hacia un destino más cercano a casa… y algo más cervecero… je,
je, je…
El trayecto de vuelta, fue algo más rápido que la ida.
La avería de mi pequeña Bilú It, parecía haber disminuido sus síntomas… hasta
el punto que incluso creí que había desaparecido!!
Uno tras otro, fuimos devorando kilómetros, hasta llegar a nuestro destino
cervecero. Que no era otro que L3F…
En L3F, reposamos nuestro orgullo motero y nuestras posaderas. Que aunque el
trayecto no era lo suficientemente largo como para que nos dolieran… cualquier
excusa es buena para parar a echar un a cervezota y charlar un rato. Y eso
exactamente es lo que hicimos!
Hasta que dimos por concluida la salida, y partimos juntos hasta el desvío de
Santa Oliva.
Donde nos despedimos, y partimos cada cual a su olivo…
Y una vez en el olivo… A soñar con la próxima aventura de AMICUS!!! Oh,
yeah…!!!
NaClu2!!!!
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