




Por Canadian:
Estuvo bien la salida y el amotonamiento. Siempre es entretenido ir a los
sitios con amigos, ir con "El Silencioso", "El Uruguayo" y
"El Nen de Sitges", ver a viejos y nuevos conocidos, etc.
El Tomb de Llums en honor de los caidos desde dentro muy emocionante...
sobretodo la parte final. Al subir a toda hostia por las curvas hacia el punto
de salida corté la fila en dos, di todo lo que tenía en esas curvas y no fue
suficiente. El de delante siempre iba dos curvas por delante... Luego ya pedí
disculpas al de detrás que fue comprensivo con el novato. Pasas de charlar
sobre la caza de gamusinos (literalmente) y otra conversación ligera en la cima
de la montaña con un rudo motero (mientras esperas para encender la moto con la
luz de color verde y salir con la serpiente multicolor) a estar parado en medio
de las motos cuando las chicas con voz rota citan los nombres de los caídos, y
el cazador de gamusinos ha perdido a un colega muy cercano y todo emocionado,
en la moto de al lado, grita un "por ti ...." que te hiela el alma
mucho más que el frío y la escarcha nocturnas.
La vuelta en solitario muy interesante. La carretera hacia Vimbodí está mejor
que por la que fuimos hasta Ulldemolins, mucha más visibilidad (pero muchas
curvas igualmente. A esa hora, 3 coches en los 22 km de recorrido. Uno en mi
dirección y dos en contraria). Luego en la AP2 y AP7, todo el Penedés y el Anoia (hasta
Martorell) con "boira gebradora". Que hartón de sacar escarcha del
visor. También yo me quedo "gebrat". La chaqueta y sobretodo los
pantalones (y hasta los guantes) empapados. Al quitarme el protector termal de
las piernas (en mis tiempos les llamábamos leotardos) justo antes de empezar la
partida, estas están de color morado.
Por Jaqueton:
Hay concentraciones… que la primera vez que acudes a ellas ya te “pican” de tal
forma que sabes que acudirás a ellas siempre que puedas.
Concentraciones, moto almuerzos, o matinales… que sólo con vivirlas una vez,
quedan para siempre en el capitulo personal –o colectivo- de las “obligadas”.
Pero esto -en mi caso-, no es precisamente lo que pasó con el AMOTOnamiento de
Ulldemolins...
La primera vez que acudí a él, fue un domingo por la mañana –casi mediodía-,
allá por febrero de dos mil nueve… Y además de llegar “un pelín tarde” a los
actos dominicales, pasé el mayor frío que han soportado mis pelotas en mi
vida!!
La segunda vez, en cambio, fue muchísimo más placentera.
Fui en compañía de nuestros grandes amigos d’Els Musssols… Y más que vivir el
AMOTOnamiento, viví una inolvidable experiencia en familia, en la casa
alquilada en Cornudella de Montsant.
Aunque sólo pude disfrutar con ellos el sábado… pues el domingo –requerido por
otras obligaciones- tuve que partir a las siete de mañana.
Pero este año compañeros… je, je, je… Este año ha sido muy grande!!!
Este año -por tercera vez consecutiva-, he acudido al AMOTOnamiento…
Pero… por primera vez, puedo decir orgulloso –y muy satisfecho- que lo he
vivido en su total plenitud!!
Desde el sábado a mediodía… hasta casi la tarde del domingo!
En tienda de campaña… bajo las estrellas, y sobre el duro suelo.
En excelente compañía… Disfrutando cada segundo…
Conociendo, por primera vez… lo que se siente en una de la invernales que
–desde hoy y de forma totalmente consciente-, será considerada para todos
nosotros como una de las “citas obligadas”… que esperamos poder repetir cada
año.
Y es que a veces, es necesario vivirlas a fondo para saber todo lo que se puede
sentir, descubrir, y disfrutar en ellas…
Llevábamos una semana echando carne al asador… Ofreciendo sacrificios al Gran
Manitou… Y rezando todo lo conocido para que la lacra de la lluvia se alejara
de nuestro destino.
Pero no fue hasta dos días antes de la partida, cuando el Meteocat se dignó a
mostrar algo de clemencia, disminuyendo en el mapa las probabilidades de
lluvia… mientras de forma inversamente proporcional, aumentaban en nuestros
corazones las de pasarlo tan de puta madre como fuera posible…!
Menos mal!!
Pero ese no fue el único obstáculo a tener en cuenta…
El amigo K-RloteS, sacudido salvajemente por una gripe… pasó toda la semana
comiendo quilos y quilos de paracetamol… sorbiendo litros enteros de vitamina
C… y sudando como si de las mismísimas cataratas del Niagara se tratara.
Pero finalmente –y con un par de huevos-, se decidió a venir y no perderse, la
que sería una de las salidas más grandes que hemos conocido.
Aunque no sólo él tuvo que hacer un esfuerzo… Pues Canadian, que se encuentra
en pleno campeonato de ajedrez… vino sabiendo que debería levantarse pronto
–muy pronto- para partir en solitario.
Y como veréis a su debido tiempo… esa fue una estoica decisión, que no sólo le
honra, sino que demuestra que los tiene más que bien puestos!
Pero… dejémonos de repasos aislados de la historia…
De picotear aquí y allá para describirla… Y empecemos por el principio.
Sigamos el natural hilo conductor del tiempo… y describamos la salida tal cual
fue sucediendo… Sin dejarnos nada –o casi nada- en el tintero.
Dejando, como es natural, sólo aquello la capacidad de mi pequeña y querida
neurona no haya sido capaz de retener… je, je, je…
Así pues, y sin más dilación, empecemos…!!
Aquella mañana -como es costumbre cuando el día anterior he terminado los
turnos de noche- me desperté –habiéndome acostado muy pronto-, sensiblemente
temprano…
Sin necesidad de apagar el despertador. Pues –debido al extenso de descanso, y
a la emoción de la inminente marcha- abrí los vidrios como media hora antes de
que éste sonara…
Serían las seis menos cuarto de la mañana, cuando quien suscribe saltó de la
piltra animado, contento… y dispuesto a cargar y poner en marcha la cafetera.
La primera de ellas. Pues además de prepararme el cafeínico elemento
despertante, también tenía que preparar un termo para la expedición.
Así que con mi pequeña y amorosa compañera de despertares, humeando en el fuego
por segunda vez… me dispuse a conectar el ordenador, al tiempo que me fumaba el
pitillín cafetero que me devolvería definitivamente al mundo de los despiertos,
mientras navegaba incansable por la red…
Y -como no-, me conectaba a nuestro foro para desear los buenos días virtuales
a todos aquellos compañeros que –como yo- se conectaran en esos legañosos
momentos.
Lo que no me esperaba a esas horas… fue recibir un sms del compañero Pablo!!
Compañero de curro y buen amigo, que sabedor de la inminente partida de sus dos
camaradas de trabajo, decidió quedarse a despedirnos, desearnos un buen viaje,
una excelente ruta… y mejor fin de semana…!
Sería algo así como las ocho y veinte de la mañana, cuando –perfectamente listo
para la partida- llegué al parking… y allí me encontré con Pablo. Quien me acompañó
hasta mi pequeña, donde le cargué los últimos bártulos necesarios para la
salida.
No tardó en llegar Tito, que hizo lo propio con la suya… Y con las dos motos
perfectamente cargadas y preparadas, echamos –los fumadores- un pitillico de
relax…
Las nueve de la mañana! Hora de partida!!
Todos a sus puestos!!! Arriad la mayor!!! Je, je, je…
Raudos, cual jinetes del Pony Express… salimos del parking poniendo rumbo a la
capital de L’Alt Penedès… donde se encuentra nuestro punto de encuentro, de
cafelotes, y de salidas.
Nuestro bien amado, Monterrey!!
Subimos por la C-15…
obviando la acostumbrada parada en la gasolinera de Sant Miquel d’Olèrdola.
Pues creímos más oportuno hacerlo después de la salida, y así cargar todos al
mismo tiempo.
Llegamos al Monterrey, donde nos encontramos a un cachondo Pedro en la puerta,
que pitillo en mano, nos saludaba amigablemente.
Entramos… pedimos cafelotes… y pocos minutos después, llegaban nuestros dos
acompañantes, compañeros y amigos.
K-RloteS y Canadian!
Que llegaban de tierras del Llobregat… dispuestos a pasar un estupendo fin de
semana.
Y vaya si lo pasamos!! Je, je, je…
Después de cafetear juntos, y de contar los cuatro chistes propios y típicos de
esas horas… Salimos fuera con intención de echar algo de humo.
Y ya que estábamos… repasamos el montaje de la carga de la Eliminator de Carlos.
Que con la poca facilidad de transporte de la “Two Seconds”, precisaba de un
repaso a fondo.
Aunque no sé si sería por la hora… o por nuestra poca destreza… Pero el caso es
que no logramos que el transporte fuera ni más cómodo, ni más seguro.
Así que no perdimos más tiempo… y decidimos salir de allí cuanto antes.
Pues pasaba ya media hora de la hora de la partida… y no era cuestión de
retrasarla más tiempo.
Salimos… pillamos la N-340…
y pusimos proa a Tarragona.
Paramos, eso sí, en Bellvei.
Concretamente, en La Bleda
II.
Donde cargamos depósitos… y dejamos a nuestras pequeñas listas y a punto para
la travesía hasta Ulldemolins. Meta y destino de nuestro viaje, y ubicación del
AMOTOnamiento organizado por La Peña Paddock.
Allí, después de saludar a un par de viejos amigos con los que coincidí en el
surtidor… puede decirse que empezó nuestra verdadera ruta…!!
Salimos de la gasolinera, posando de nuevo nuestras gomas sobre la N-340… y reemprendiendo la
carrera hacia la gloria de la ruta. Que seguiría por la nacional, hasta donde
ésta se torna autovía.
Y que seguiría por ella, hasta prácticamente Tarraco…
Donde viraríamos dirección Reus, pillando la T-11.
La ruta transcurrió tranquila y sin sobresaltos.
Saludando aquí y allá, otros moteros… otras motos… y –en algunos casos
delatados por los bártulos- otros viajeros hacia el AMOTOnamiento…
Yo sabía que pasando Reus, debía ver de un momento a otro el cartel que nos mandaría
hacia Ulldemolins. Pero –acostumbrado a los mis propios despistes- decidí
curarme en salud… y paré a consultar el mapa, al tiempo que echábamos un
pitillo, vaciábamos bufetas… y estirábamos las piernas.
La parada la hice en el momento en que vi un buen espacio colindante a la
carretera, digno para parar la marcha y detener las motos.
Así que el lugar elegido fue la entrada de una empresa… en frente de la cual
–como a cincuenta metros y en el arcén del lado contrario- se encontraba una
“mujer de moral distraída”. (A la que no vi en un principio)
Pero como ya habíamos parado… allí nos quedamos a consultar el mapa, con el
consiguiente cachondeo de un grupo de ciclistas que pasaba en aquél momento… y
nos vio parar a todos a la vez… je, je, je…
Y cual no fue mi regocijo, cuando comprobé que –efectivamente- no me había
pasado el desvío!
Es más. Lo teníamos a menos de un kilómetro!!
Pero… como dice Tito… “nunca está de más una paradita…”.
Así que una vez complacidas las bufetas, las posaderas y los pulmones…
reanudamos la ruta, que en breve se tornaría mucho más sinuosa y serpentina de
lo que había sido hasta entonces.
Salimos, hacia Les Borges del Camp… Curvas, curvas, y curvas… Luego para La Alforja… Más curvas…! Y
para Cornudella de Montsant -lugar donde el año pasado pernoctamos con Els
Mussols. Más de lo mismo!
Curvas, curvitas, y curvotas… que enlazábamos con mayor o menor destreza… hasta
que por fin descubrimos que el siguiente pueblo era Ulldemolins. Punto final y
destino de la ruta, que a esa altura ya era más que un gustazo recorrer…
Y es que cuando uno empieza a “bailar un vals” con la carretera, como
bailábamos nosotros esa mañana… es un verdadero placer…
Total, que ya habíamos llegado!!!
Entramos en Ulldemolins… y siguiendo los carteles de “Motos”, fuimos
acercándonos cada vez más hasta el emplazamiento de tan entusiasmante evento.
Dimos con la “calle empinada” que te lleva hasta la entrada… y allí, un
compañero miembro de La
Peña Paddock, nos ofreció –como hicieron los amigos de
Druïdes Moto Grup en La
Cabra Mocha- un taquito de madera para la moto.
Detalle que les honra… pues demuestran con él, la calidad que ofrecen… y lo
preocupados que están por que todos estemos a gusto…
Y ya, oficialmente, se puede decir que habíamos llegado al AMOTOnamiento!
Tan sólo era necesario buscar el emplazamiento adecuado para dejar nuestras
niñas… y montar las tiendas!
Había empezado –a eso de las doce y media del mediodía- nuestro particular y
fantástico fin de semana de acampada!!!
A esa hora, aunque era notable la concurrencia que había por todas partes… era
bastante sencillo encontrar un lugar adecuado a nuestras necesidades. Así que
en menos de diez minutos, ya nos encontrábamos deshaciendo petates, paquetes, y
mochilas... y empezando a quitar pedrolos del suelo para acomodar las tiendas.
K-RloteS, haciendo gala de su ”Two Seconds”… la montó en un decir “móntate”! Y
ya sólo le quedaba atar los vientos con precisión…
Yo en cambio –ayudado por Tito y Canadian- no acertaba a encontrar el montaje
correcto de la mía. Que –como en Perros del Ebro- se empeñaba en doblar sus
varillas… y no mostrar una forma demasiado ortodoxa…
Y es que las varillas hay que atarlas por dentro!!
Así que cuando dimos con ese “detallito”… pudimos dar por finalizado el montaje
de nuestros refugios… y dedicarnos a “amueblarlos” tranquilamente… je, je, je…
Bueno, muy tranquilamente, no. Pues ya pasaban de las trece horas del día… y
nuestros estómagos pedían urgentemente devorar algo calentito y placentero.
(Sugiero a las mentes calenturientas que leerán esto, que no dejen volar su
calentorra imaginación con éstas palabras. Nota del autor.)
Con lo cual, decidimos ir a inscribirnos… para así echar la primera de las
cervezuelas… y poder luego dedicarnos sin prisa -ni pausa-, a la preparación de
la primera de las comidas que realizaríamos allí.
Hay que decir… que más o menos en esos momentos, caímos en la cuenta –o mejor
dicho, cayó K-RloteS- de que no habíamos comprado el pan en el Monterrey!!!
Felices… con la ilusión de la salida… ninguno de los cuatro cayó en ese
detalle, y partimos sin tan elemental alimento…
Así que… habría que ir al pueblo a comprar pan, o crear un plan alternativo.
Creamos un plan alternativo… je, je, je…
Nos fuimos para el tenderete donde venden los tickets de la comida y los
bebercios. Los parches y las pegatinas… Y donde se realiza el llenado de “la
garrafa”… y pedimos por los papeles para la inscripción.
En ésta concentra, no es obligatorio inscribirse. Pero el que lo hace, paga una
dádiva inconcreta… y a cambio, le dan los papeles para dar los datos para el
sorteo. Una pinza conmemorativa del acto… Un ticket para el almuerzo del día
siguiente, otro para poder entrar en la “disco móvil” del pabellón por la
noche… y el programa explicativo de todos los actos que se harán durante el
evento.
Así pues, pillamos cuatro inscripciones… y nos dispusimos a rellenarlas en el
acto, y en una mesa que había frente al tenderete.
Una vez rellenos los papeleos… los metimos en la caja-urna del sorteo.
Liquidamos la donación voluntaria para la recaudación benéfica, que va a parar
a una garrafa de cristal que hay en la mesa… y nos dispusimos ya –por fin- a
echar la primera y más sabrosa cervezuela del día!
Con los deberes hechos… y sin más preocupación que preparar –de un momento a
otro- la comida que nuestros atormentados y moteros estómagos exigían ya sin
cortarse un pelo…
Con lo cual… después de apurar los vasos de zumo de cebada rico-rico que nos
habíamos metido, decidimos enfilar para las tiendas… a buscar las viandas con
que nos regalaríamos en un par de ratos más tarde.
Antes –eso sí- un descarado y “echao pa’lante” K-RloteS… se acercó al tenderete
de los bebercios y los bocatas. Y tras charlar con uno de los encargados de la
barra… éste le regaló una barra! Pero de pan!!
Y es que nuestro colega y buen amigo… se pinta sólo en estos menesteres!! Je,
je, je…
Así que gracias a él, comimos como es debido: Con pan!
Gracias compañero!! Tú sí que sabes!!
A todo esto… nos fuimos –con el pan bajo el brazo- a las tiendas. A elegir
menú…
Tito –encargado de la carne-, se trajo pollo… butifarras… morcillas… y chorizos
criollos!! Je, je, je…
Decidimos que empezaríamos por los chorizos, las morcillas y una de las
bandejas de pollo… papas chips, cebolla y tomates aliñados, y allioli. Lo
pillamos todo menos las papas y la “ensalada”, y tiramos para las
barbacoas-bidón, a empezar con el tema.
Pero cual no fue nuestra sorpresa, cuando descubrimos que las barbacoas estaban
apagadas!
Y es que allí, las barbacoas están colocadas para uso y disfrute de los
asistentes. Y estos, son los que se las tienen que preparar –con las brasas que
crea la fantástica hoguera que hay- si quieren hacerse la carnita…
Echamos la brasa que encontramos en una de las barbacoas… pero eran
insuficientes para asar en condiciones los yantares. Y decidimos que lo más
apropiado sería echar un par de troncos pequeños… para que estos fueran
haciendo brasa…
Pero eso era algo que no les convenía demasiado a nuestros estómagos.
Pues la espera… podría ser interminable…!
Así que de nuevo, nuestro salvador fue K-RloteS!!
Relaciones públicas del grupo, y apasionado confraternizador… que se acercó a
una de las barbacoas que tenían tronquetes en llamas creando brasas… y negoció
con sus ocupantes un reparto equitativo de las parillas, una vez estuvieran
éstas a punto de asar como es debido.
Menos mal!! Porque sino, ya nos veíamos comiendo a las mil…!!
Nosotros, por contra… dejamos nuestra apagada parrilla con unos tronquetes en
llama, que seguro que uno u otro aprovecharía cuando hicieran brasa…
…y así, dejábamos listo y en paz el tema del Kharma… je, je, je…
A todo esto, Canadian y un servidor, nos fuimos a las tiendas a por los
tomates, las cebollas, los platos, las papas… Y una lata de olivas, y otra de
pimientos del piquillo, que se trajo Tito para darle gusto al tema…
Aunque para “darle gusto al tema de verdad”, se trajo también un bote de
judías!!
Pero éstas decidimos dejarlas para la noche… por si había que calentar las
tiendas con los fríos nocturnos… je, je, je…
Allí, en una mesa de esas redondas, con un agujero en el medio para la basura,
empezamos a preparar la ensaladita… picoteamos olivillas… papas… y empezamos a
hacer boca para la carnaca que estaba a punto de llegar.
Carnaca, que vino un poco desmejorada, porque K-RloteS –confraternizador nato,
y más si se trata de féminas- ofreció morcillitas a las chicas que tan
gustosamente compartieron con nosotros su parrilla.
Bien hecho! Otro punto pa’l Kharma!!
Que como todo el mundo sabe… “de bien nacido es ser agradecido”. Y en AMICUS,
esa es una máxima que no guía siempre…
Pero bueno… estábamos que ya teníamos la carne en la mesa… los cubiertos en la
mano… el hambre preparada… Así que nos dispusimos a papear!!
A papear… un pelín incómodos. Pues la mesa era “de pie”… y todas las “de
sentao” estaban ocupadas.
Menos mal, que un grupito de moteros –el nombre de cuyo grupo, lamentablemente
he olvidado- nos prestaron un cacho de su kilométrica mesa, que usamos con el
mayor placer del mundo!
Desde aquí, compañeros –seáis quienes seáis- muchísimas gracias!!
Nos trasladamos a aquella mesa… organizamos de nuevo el tiberio… y nos dimos
cuenta que nos faltaba la cerveza!!
Así que “el confraternizador” y mi menda lerenda –o sea, K-RloteS y yo-, nos
fuimos a buscar cuatro vasos de dorado y frescote elemento… para así poder
disfrutar –por fin- de la bien ganada comida de ese día…!! Bufff!!! Que ya era
hora…!! Je, je, je…
Y vaya si la disfrutamos!!!
Le dimos al diente… a las muelas… Y no paramos hasta que nuestros mondongos
dijeron “prou”!!!
Hartos y satisfechos… recogimos todo aquello. Echamos la basura al cubo.
Guardamos lo guardable… limpiamos la mesa… y agradecimos una vez más a sus
ocupantes del ala este, el detallazo que habían tenido con nosotros.
Y así, felices y contentos, acudimos a las tiendas… donde nos esperaba un
estupendo cafelote preparado por éste que os habla, esa misma mañana… y que nos
procuraría un generoso y espiritualmente enriquecedor carajillote!!
Atacamos –unos al ron, otros al güisqui- los carajilletes, después de colocar
todo el “tema papeo” en la tienda de K-RloteS, y allí mismo, entre nuestras
tiendas, celebramos lo que vendría a ser “la sobremesa”…
A esa misma hora… se preparaba la ruta turística de la concentra. Pero tras un
acuerdo unánime… decidimos obviarla y pasar de sacar las burras y nuestros
panderos a la carretera… je, je, je…
Canadian, se tumbó un rato encima del saco… a descansar después del cafelote.
K-RloteS y yo, prendimos sendos pitillos placenteros… y elucubrábamos –con Tito-
sobre la posibilidad de ir hasta los tenderetes a echar un vistazo… estirar las
piernas… y bajar la comida.
Así que acordamos con Bruce que nos veríamos en un rato… y tras pillar las
petacuelas, para hacer más “dulce” el paseo… enfilamos para los tenderetes.
Y qué decir de los tenderetes? Pues nada… lo de siempre.
Anillos, colgantes, carteras, hebillas, chupas, gorras, sombreros… etc.
Lo de siempre… Que a decir verdad, en un evento como el de La Cabra Mocha en el que
no había, no se echaban de menos. Pero nosotros, animales de costumbres como
somos… no pudimos resistir la tentación de ir a echar un ojo… je, je, je…
Allí, en ese rincón del “campamento”, pudimos observar más detenidamente el
paraje excepcional en el que se ubica acto semejante de compañerismo y
convivencia.
Allí… viendo el monte que hay en frente, y observando la cantidad de tienda que
–cual si fueran setas en diciembre- salían aquí y allá sin parar… pudimos
sentir que formábamos parte de un evento muy especial…
Y allí, echando cuentas del día que era, brindamos –petaca en mano- a la salud
de AMICUS Moto Grupo!!
Pues en un día como ese, a un año justo de distancia, nos llamaban para
comunicarnos que ya habíamos pasado los tres comités… y que ya podíamos lucir
nuestro querido Hipo en las espaldas!!
Había nacido –dando forma y color a un sueño- AMICUS Moto Grupo!!
Así que brindamos con todo el gusto y gozo del mundo… mientras sentíamos que el
sol –cercano ya su fin- empezaba a esconderse por el oeste…
Contemplando el campamento y las tiendas… fuimos llevando la vista por todo el
lugar. Y mis ojos, descubriendo un somnoliento motero con gorra republicana que
descansaba en una silla… no pudieron sino posarse sobre él, reconociendo a un
viejo amigo.
Monty!!
Nos acercamos… y cuando estuve a su altura, le saludé amigablemente y nos
quedamos charlando con él un rato.
Pero no pudiendo sino celebrar tan feliz encuentro, de otra manera que no fuera
remojándolo… decidimos tirar para el tenderete de las cervezotas.
Caminábamos para allí, comentando que quizá sería hora de ir a buscar a
Canadian. No vaya a ser que se haya dormido –decíamos- y se pierda parte de la
tarde.
Pero no hizo falta…! Pues le descubrimos caminar tranquila y parsimoniosamente
hacia nosotros… con la cara feliz del que ha descansado un rato, y regresa con
las pilas nuevas y cargadas para afrontar la fiesta…
Así que juntos –los cinco- nos dirigimos a una de las mesas colindantes al
tenderete cervecero… donde pasamos un buen rato contando chistes –malos y no
tan malos-, recordando y evocando momentos, y en definitiva… disfrutando de la
compañía y el ambiente.
Las rondas fueron surgiendo una tras otra, y nuestras gargantas y gaznates
fueron terminando con ellas al mismo ritmo.
Pero… si bien es cierto que la energía no se crea ni se destruye, sino que se
transforma… Lo mismo pasa con la cerveza. Que se metaboliza… y hay que
expulsarla! Je, je, je…
Y eso mismo hicimos Tito y yo, después que Monty hiciera lo propio, y nos
dirigimos a los servicios portátiles que a tal efecto había allí al lado…
Mención especial merecen, los “meaderos”. Pues ni yo mismo, ni muchos con los
que comenté el descubrimiento, habíamos visto antes artilugios semejantes.
Pues siempre eran los típicos servicios “en plan cabina”, donde uno puede
aliviar cualquiera de los esfínter con total discreción…
Pero en ésta ocasión, además, había uno distinto al resto, donde sólo humanos
macho podían miccionar… Ya que estaba pensado para hacerlo de pie, y con
capacidad para cuatro…
Hasta allí nos encaminamos Tito y yo… pero resolvimos aliviar nuestras bufetas
en el tradicional. Donde podríamos deshacernos de las capas que nos cubrían,
con toda la impunidad y tranquilidad del mundo.
Y como sólo había uno libre, aproveché a llamar –mientras esperaba- a mi
encantadora mujercita.
Para desearle las buenas noches… y comunicarle que –llegados a ese punto del
evento- ya no le volvería a llamar hasta el día siguiente.
Mejor decirlo cuando se está sereno… que olvidarse uno de llamar más tarde, y
quedar mal. No? Je, je, je…
A todo esto, regresé con los amigos… y pude comprobar que allí sólo estaban
K-RloteS y Monty. Pues Tito no había regresado –y eso que me precedió- de la
meada… y Canadian había desaparecido con él.
Allí parados, decidimos aprovechar que no había nadie en el tenderete de los
tickets, y nos pillamos los parches conmemorativos del evento.
Parches muy prácticos… que al no llevar el año, y ser –edición tras edición-
siempre iguales, sólo hay que comprarlos una vez.
Aquí, hay que hacer un apunte negativo… pues ninguno de nosotros se acordó de
pillar uno para Tito o Canadian.
Y eso, es algo que se encargaría de recordarnos largamente al día siguiente el
compañero “gaseoso”… je, je, je…
Pero qué le vamos a hacer…? No nos acordamos, y tenía razón…
Al rato, apareció Tito por un lado –que venía de llamar a su señora-, y
Canadian por el otro. Que venía –según nos contó- de apuntarse al “Tomb de
Llums”.
Acto emotivo donde los haya… al que se apunta cualquiera que tenga la
“desgracia” –y la necesidad-, de rendir homenaje a alguien que ha perdido la
vida sobre dos ruedas… (Iba a decir en la carretera, pero como veríamos unas
horas después, también hubo quien lo hizo en honor al joven piloto nipón, que
falleció en fatal accidente hace unos meses en un circuito)
Reunida por fin la caterva… y elucubrando sobre la posibilidad de darle de
nuevo al “alpiste”… encontramos mejor ocupación –como todos los que allí
estaban- en acudir a la presentación oficial de la restaurada y renovada
“Elfonsa”.
La pedazo de burra de los Paddock… Con escape de embudo descomunal y
fantástico, que escupe llamaradas de fuego ensordecedoras cuando le cortan el
encendido… mientras le dan gas a fondo con placer.
Este año, la presentaron de un modo especial… pues la han pintado y revisado, y
de algún modo, cuando se le hace eso a una burra, es como estrenarla.
Así pues, la “estrenaron” presentándola con un paripé entre teatral y cómico…
llegando la llave de su niña, en el bolsillo de un “mensaca”.
Mensajero que llegó –según el hilo argumental de la historia- desde Barcelona.
Total. Que se estrenó la
Elfonsa con más llamaradas que las mismísimas calderas d’En
Pere Botero… y allí todo eran móviles filmando videos… echando fotos… y, en
definitiva, inmortalizando en las micro SD de algunos, y en las retinas de
todos, uno de los momentos más espectaculares y fantásticos del AMOTOnamiento…
En ese momento, me picaron por la espalda… y descubrí a Juanma!!
El amigo de Birraiders, que hasta allí se acercó con su resfriado… a pasar un
ratillo con –creo recordar- su cuñado.
Aunque éste se quedaba a dormir… y Juanma volvería para casa en unas horas.
Abrazos y arrumacos, típicos y sinceros de siempre que nos encontramos con un
representante de uno de los grupos más amigos… y despedida.
Pues la caterva pensaba en subir a echar un trago –y a buscar pan para la
cena-, y no era cuestión de dejarla ir sola… je, je, je…
Así pues, compañero, hasta la próxima!!!
He dicho subir??
Pues sí!!
Sí… Y mil veces sí!!
Subir, subir… Palabra maldita, que en aquella concentración, toma un
significado mayestático y sobrenatural, cuando uno se sitúa frente a la cuesta
que hay que subir –prácticamente escalar- para llegar a lo que vendría siendo
el pueblo…
Monty, nuestro amigo y particular Cicerone de ese día, nos guió a todos para
que no nos perdiéramos… y tuvo el secreto y oscuro placer, de poder comprobar
como se nos iban cayendo los huevos uno a uno, cuando descubríamos ante
nosotros semejante subida!
La cuesta de febrero! La llamaremos… je, je, je… O mejor… “la puta cuesta!” Que
queda más propio…
Subímosla pues, y en lo alto de ella –a nuestra mano fascista- descubrimos un
bareto. Pero el compañero Monty nos indicó que el destino de la incursión…
estaba más adelante.
Así que proseguimos…
Proseguimos… Preguntaron por una panadería… Y al tercer intento, dimos con el
lugar donde nos servirían un poco de “harina-agua-sal”, para nuestra pitanza de
vísperas.
A todo esto… me quedé en el segundo establecimiento, embelesado en la
contemplación de algo que parecía ser una especie de “chuchos” redondos… y
babeé –como los perros de Pavlov- imaginándome las cantidades industriales de
crema pastelera que podrían contener.
Pero el amigo Monty –decidiéndose en avanzadilla-, se adelantó y compró una
unidad… que resultó ser un enorme buñuelo de viento…!
Todo mi gozo… en un pozo. Ntch…!!
Mientras… los compañeros se habían hecho con una hogaza de riquísimo pan, que
haría nuestras delicias en la cena.
Así que –con las compras hechas- ya sólo nos quedaba ir a satisfacer los
gaznates… en el bareto que nos recomendó nuestro Cicerone…
Nos sentamos en la terraza. Carajillo, café, cortado… o directamente Jota Be
con hielo en mano… y nos dedicamos al sano y excitante deporte de la tertulia
de terraza, que llena el espíritu, los estómagos y los pulmones… je, je, je…
El compañero y amigo, Canadian… nos informó que a las nueve de la noche debía
estar en el campamento, para partir a preparar lo que sería el Tomb de Llums.
Pero como correrían algo así como las siete y algo de la tarde… tiempo teníamos
de charlar distendidamente y sin prisas…
Y eso es lo que hicimos.
Bueno… hasta el punto, que se nos pasó el tiempo volando!! Charlando
dicharacheramente… contando chistes, y disfrutando de un cachondeo, que sólo se
consigue en momentos como ese.
Y cuando nos quisimos dar cuenta, era cumplida ya la hora de bajar…
Antes por eso… recibimos la llamada del amigo Daelin!! Que junto a Kori, Blas,
Escacs, etc. Pensaban subir –como habíamos acordado unas semanas antes-, el
domingo por la mañana a saludar… y almorzar juntos.
Pero le informé que al inscribirnos, nos entraba el almuerzo… y éste tenía hora
concreta –de ocho y media a diez-, y que si venían más tarde de esa hora, les
acompañaríamos… pero seguramente ya habríamos almorzado.
Aunque –ni que decir tiene- que con toda la noche por delante… cualquiera sabe
cómo acabaríamos, o cómo y a qué hora, nos levantaríamos…
Así las cosas, lo dejamos todo en el aire… y ya nos avisarían cuando llegaran
al AMOTOnamiento.
Hasta mañana compañeros!!!
Y tiramos para abajo… que ya era hora de volver…
Llegamos al campamento… y nos fuimos de cabeza a las tiendas. Y allí, tuvimos
una sorpresa mayúscula, cuando comprobamos que había tiendas para parar un
barco! Qué digo un barco…! Una flota!!!
Y es que… desde las cuatro y media o cinco de la tarde –que fue la última vez
que nuestros ojitos vieron de cerca las tiendas-, hasta esa hora… éstas se
habían multiplicado exponencialmente aquí y allá.
Hasta el punto, que no había sitio físico para montar una sola tienda alrededor
de la nuestra…
Qué bien que hizo Bruce, al llevarse su moto al parking… en previsión de su
pronta salida mañanera…!!
Aunque… esa no fue la única sorpresa… je, je, je…
Todas las tiendas, y algunas motos… empezaban a tener un brillo –digamos-
especial…
“Algo” sobre ellas, las hacía brillosas. Las hacía resplandecer, al contacto
lumínico de mi linterna minera…
Y es que la humedad de la joven noche… se convertía en hielo!!!
Bueno… je, je, je… Aquí tuvimos una pequeña discusión filosófico-teológica… y
lo que para algunos era hielo, para otros era escarcha.
Aunque indiscutiblemente para todos… aquello estaba frío, y era símbolo
irrefutable que aquella noche haría un frío de tres pares de cojones!
Canadian, que lleva un termómetro en la moto… nos informó que estábamos a dos
grados.
Y yo, que estuve allí hace dos años… pensé:
- “Pues como se levante el viento que se levantó entonces… nos vamos a cagar!”
Y es que ya lo dijo Monty esa misma tarde… Hace dos años, estaba él en su
tienda… meándose en el sentido más literal de la palabra… y no tuvo huevos a
salir…!!
Como dije al principio de ésta crónica, esa fue la vez en mi vida que más frío
he pasado…
Pero volvamos al relato de los hechos, y no nos perdamos por los cerros y los
valles. Que a poco estaban a punto de dar las nueve de la noche… y aún hay
mucho en el tintero que contar.
Canadian, que como ya comentó en el foro, tenía un par de moteros a los que
rendir sentido homenaje… partió a la salida hacia el monte de enfrente, desde
donde saldrían las dos serpientes multicolores.
Le despedimos… y nos liamos en una de lasa charlas más liosas de aquél fin de
semana: los grados alcohólicos de las bebidas. O lo que es lo mismo, el tanto
por ciento por volumen, de alcohol que contienen.
Pero en fin. No nos liaremos aquí y ahora a desenmarañan tan liado ovillo… y
proseguiremos como si yo no hubiera recordado nada… je, je, je…
Tito, K-RloteS y yo, nos dispusimos a pasear por la concentra… haciendo tiempo
para el Tomb de Llums. Y acordamos de mutuo acuerdo –y porque no podía ser de
otro modo- que no cenaríamos hasta que volviera Canadian.
Pues, aunque las brasas rugían con fuerza… y mucha gente estaba haciendo cola
para cocinarse el papeo… toda la noche habría hoguera.
Y tiempo habría –y de sobras- para zampar a nuestras anchas…
Paseando… volvimos a las tiendas para que Carlos se hiciera unos pitillos, ya
que su arsenal había diezmado en demasía. Y allí “liados”… y dándole de vez en
cuando al “Juan Bautista”, o al “Ruavieja”… apareció una parejilla, a la que no
hubiéramos prestado atención, si no llega a ser que el chico exclamó:
- “Mira, una Savage!”
Y es que mi pequeña… siempre llama la atención en las concentras… je, je, je…
Nos pusimos a charlar con ellos, y descubrimos que ambos llevaban burrica. Él
una nacked, y ella una custom 125.
De hecho, K-RloteS –que como dije, es el confraternizador del grupo…- le dio
rienda suelta a la “sin hueso”, y desde ese momento… hasta pasado el Tomb de
Llums… Ingrid y Gerard -que así se llamaban- ya no se separaron de nosotros.
Traguito de licor de yerbas… charla… paseo… y haciendo tiempo para el que sería
–como cada año- el acto más emotivo de ésta, y de cualquier concentración que
haga algo remotamente similar.
No tardaron en llegar los petardazos que avisarían de la inminencia del acto.
Para entonces… ya nos encontrábamos situados en un lugar situado no muy cerca
–ni tampoco muy lejos- de la hoguera… y para cuando apagaron las luces del
campamento, y dieron caña a la música ambiental que nos envolvió a todos, ya
estábamos perfectamente orientados hacia el monte por el que de un momento a
otro empezarían a bajar las dos serpientes multicolor…
He de decir, que el año pasado éste acto me emocionó muchísimo más. Ya que en
aquella ocasión, me sumergí completamente en la audición del tema… la
contemplación de las luces… y mis propios pensamientos.
Y claro, a poco está uno de echarse a llorar. Pues los sentimientos aparecen a
flor de piel…
Ésta vez, en cambio, bien sea por el alcohol ingerido… bien sea por la
compañía… o por lo que sea… teníamos un poquito más de “cachondeo” en el
cuerpo, y hablábamos. Comentábamos… Y no llegué –ni de lejos- al estado entre
turbado y emocionado que llegué en el año pasado.
Pero de todas formas, no dejó de ser emotivo y sumamente bello. Sobretodo,
cuando llegan todos al campamento… y relatan –uno a uno- los nombres y
localidades de los desaparecidos que han motivado semejante homenaje.
Todas las motos, con los faros multicolor a tope… y destripándose, ponen punto
y final a la lectura de la lista.
Y ahí uno, siente como le tiemblan las tripas…!
La Elfonsa,
silenciosa hasta ese momento, empieza a desgañitarse… lanzando llamaradas a al
aire, y demostrando –una vez más- que el fin del acto ha llegado… y con él,
empieza la fiesta!!
Qué pasada compañeros!!!
Todas las palabras del mundo son pocas, para describir lo que cualquiera de los
presentes puede llegar a sentir viviendo un acto como aquél…
Y ya, como colofón final, ron cremat!!!
La gente, se agolpaba frente al tenderete donde lo servían… y unos tras otros,
regresaban con un vasito de ese licor de dioses, calentito y dulzón, que
enamora a las gargantas más sutiles…
Y es que el ron cremat, es algo tan nuestro como la sardana, l’allioli, y el
xató… je, je, je… (Como se nota que soy de L’Habana Xica…)
Que por cierto!! Allí… en el interior de las tierras tarraconenses, lindando
casi con las de Lleida… le preguntamos a Ingrid y Gerard por su procedencia, y
eran de Cubelles y Roquetes!!!
Si es que… el mundo es un puto pañuelo…!!
Apareció por allí Monty… y con él compartimos el ron, la charla, y el buen
rollo. Pero en cuanto apareció Canadian, decidimos emigrar y prepararnos para
cenar. Pues nuestros estómagos –alimentados con alcohol toda la tarde-
reclamaban ya su ración de pitanza…
Fuimos pues hasta las tiendas, y empezamos la peregrinación a la mesa en la que
cenaríamos esa noche.
Por casualidad… en ese viaje, nos encontramos con el mismo que nos ofreciera su
mesa a la hora de comer. Y en esa ocasión, nos ofreció caldito que tenía el
hombre calentando en un fogón de butano… je, je, je… Y es que el buen rollo y
el compañerismo, salían por todas partes…!
Le comenté a Canadian que fuera a buscar a K-RloteS –que se había quedado
charlando con la parejita-, y así –entre todos- intentar poner un poco de orden
y concierto… mientras nos repartíamos las faenas.
K-RloteS y yo, dándole caña a las brasas y a la carne. (En ésta ocasión, pollo
y botifarres)
Tito, cortando la carne… y procurando que en la mesa no faltara de nada.
Y Canadian, que se pegó un nuevo viaje a las tiendas, a buscar el pan que nos
habíamos dejado en ellas… (Imperdonable…!)
Al poco, ya nos teníais a los cuatro, dándole de nuevo a la muela y al allioli…
pegando tragos de cerveza… y mordiscazos al pan! Que hambruna visigoda!!
De postre… pastitas dulces –que sólo catamos Tito y yo-, y luego, a recoger…!!
Limpiamos todo… Agradecimos a los amigos de la mesa larga, las atenciones
prestadas, y el caldo…
Echamos los desperdicios a la basura… y pa’ la tienda! Que hay que tomar
café!!!
Llegamos a las tiendas, y aprovechamos para transportar todo el tema “comida”
–que hasta entonces habíamos dejado en la tienda de K-RloteS por su facilidad
de acceso- a la mía. O mejor dicho, al porche de la mía.
Y así… minimizar los posibles “accidentes” de esa noche al empiltrarse… Pues
vayan vuestras mercedes a saber cómo llegábamos… je, je, je…
Saqué el termo cafetero, y todos –salvo Canadian que tenía que levantarse
temprano- quisimos sorber el cálido y cafeínico elemento.
Pero… desde las seis de la mañana que estaba hecho, a esas horas, simplemente
conservaba un recuerdo de temperatura. Y más que caliente, estaba templadito…
Así que decidimos acudir al tenderete de la Peña Paddock, donde
había una cafeterilla… y así nos metimos un cafetín. No muy bueno… pero calentorro,
calentorro… je, je, je…
Allí pudimos comprobar que el ambiente empezaba a decaer. Pues ya pasaban unos
minutos –como treinta o así- de la media noche… y ya se había puesto en marcha
la disco móvil en el pabellón. Con lo cual… emigramos –como hace Vicente- donde
está la gente.
Los cuatro –cual jinetes del Apocalipsis- emprendimos viaje hacia el pueblo.
Sin pensar –hasta que llegamos ante ella- que nos tocaba volver a subir la
pedazo de cuesta…!! No!!! Juer…!!!
Antes de subirla… nos encontramos con Alba. Que nos comentó que después del
pabellón… sacarían de nuevo la guitarra, y cantarían –como en La Cabra Mocha- unas
canciones en la hoguera.
Y eso, he de reconocer, que me resultaba infinitamente más apetecible, que
todas las discos móviles del mundo…
Pero nosotros, para el pabellón!!
Canadian… nos fue guiando calle tras calle, hasta él. Y cuando le preguntamos
si se conocía el camino… aludió a su oído musical, y a su capacidad de detectar
el origen de la música… Pero mucho me temo que nos vaciló, y que fue pillando
–con mucha suerte- las calles a boleo… je, je, je…
Aunque lo cierto es que nos llevó hasta el pabellón!!
Gracias compañero!!!!
Una vez ante él, descubrimos a mogollón de peña ante la puerta… (Algo que me
recordó mis años de crío en las discotecas de mi pueblo)
Canadian, que como digo, se tenía que despertar sumamente temprano… decidió
despedirse en ese momento. Pues nos había acompañado simplemente por
“asegurarse que llegábamos”… je, je, je… Qué buenazo…!!
Así que le despedimos, con todo el dolor del mundo… y suplicándole que al día
siguiente tuviera mucho, mucho, muchísimo cuidado con la carretera.
Hasta la próxima company!!!
Nosotros, mientras él se alejaba, nos dispusimos a hacer cola –como si fuéramos
tres adolescentes-, y aguardar la hora de entrar…
En el interior –como es normal- no se podía fumar… Pero, me dirían algo de la
botella de Ruavieja que llevaba en la axila?? Pues no! Porque la llevaba dentro
de la chupa, y no se veía…!! Je, je, je…
Cuando por fin entramos en aquél garito… comprobamos que la temperatura allí
dentro era más que elevada. Y si a esto le sumamos, la cantidad de “capas” de
ropa que llevábamos… pues os podéis imaginar qué pedazo de calor que
pasábamos!!
Pero no… Nosotros, como tres tíos rudos moteros que somos… allí, “disfrutando”
de la fiesta… y esperando el momento de salir a la calle a respirar el
fresquete de la noche…
En el boliche hubo momentos de musiquilla bailonga, que hizo que Tito se
arranca a bailotear… mostrando la cálida sangre latina que llevan sus venas!
Pero yo… que aguantaba mi botello de licor de yerbas… no atinaba a mover más de
tres músculos en cada compás…
Luego, aparecieron los timbalers… y ahí nos dieron una exhibición de
“batucada”, que nos dejó a todos con el ritmo pegado a las caderas y a los
tobillos…
Y por fin, uno de los momentos más gloriosos!! Música española, de la época de
la movida!! Ja, ja, ja…
Y ya nos ves a K-RloteS y a mí, desgañitándonos, cantando –o destrozando- una a
una, todas las canciones que salían por aquellos baffles…
Y bueno… Qué os voy a contar, que no conozcáis del ambiente discotequero de
nuestros años mozos, no?
Allí estuvimos hasta que nuestras suelas dijeron que querían calle… y decidimos
partir –cuando pasaba algo de las tres de la madrugada-, en dirección al
campamento.
A ver si arrancaba la sesión de guitarra… y nos deleitaban con un fin de fiesta
entre melancólico y festivo…
Salimos de allí, y emprendimos las calles de regreso, siguiendo a un grupete
que nos guió sin saberlo, hasta la plaza que hay cuando uno acaba de subir la
cuesta.
En esa plaza, hay una fuente… Y en esa fuente, Carlos se echó un trago de agua
que – a priori- no tenía pinta de salir muy “calentita”…
Y luego… a por la cuesta!!
Pero bueno… como es de bajada… no “duele”… je, je, je…
Al llegar al final de la cuesta, y antes de ir hacia la hoguera, Tito y yo
decidimos aliviar nuestras bufetas en el campo… ya que los servicios se nos
antojaban harto lejísimos. Y eso hicimos, aprovechando la impunidad que ofrecen
las sombras de la noche, y el hecho de que en el campo abierto no hay farolas
que le delaten a uno…
Llegamos a la hoguera… pero la sesión guitarrística todavía no había empezado.
Así que nos sentamos… y K-RloteS cayó en la cuenta que se había olvidado
recoger la botella de “Juan Bautista” que dejó escondida antes de entrar en el
pabellón!
Aunque no sé si fue porque realmente quedaba poco, o por el gripazo que
empezaba a acusársele de mala manera… o por pensar en subir de nuevo la cuesta…
que prefirió darla por perdida, y continuar allí sentadito al ladito del fuego…
Bueno, la verdad, sí lo sé…
Pues el gripazo –que hasta esa hora le había respetado más que bien- le robó la
voz y le dejó una especie de lamento afónico… y unas tiriteras… que no tardaron
en hacerle ir de culo a la piltra.
Así pues… nuestro amigo Carlos fue el primero de los tres que claudicó a la
noche, y se despidió de nosotros con el pedazo de trancazo que le había caído
encima…
Nosotros –Tito y yo- preferimos quedarnos un rato más… y charlar tranquilamente
frente al mágico elemento que es el fuego…
Entre calada y calada de pitillico, trago de yerbas… je, je, je…
Y es que –la verdad- en ese momento, éste que os habla, estaba en un momento de
relax y felicidad, que no se paga con todo el oro del mundo…!!
A nuestro alrededor… cada cual tiraba con los suyo.
Algunos, de bocata y cubata, para recuperar energías… y acusar el ánimo.
Otros, con el litro de birra… y algún que otro cigarrillo de la risa…
Los amigos de Druïdes… con el fogoncito, y calentando fabada.
Pero todos, unidos por la magia de la noche, adorando, alabando y venerando a
una hoguera que tronco tras tronco, los iban consumiendo todos.
Correrían las cuatro de la madrugada. La luna se acababa de esconder tras los
montes. Y Tito, me comentó la posibilidad de acudir a la piltra –cada cual a la
suya, eh?- y dar por finiquitado aquél día de emociones… alegrías y aventuras.
Yo… la verdad, me hubiera quedado hasta que sacaran las guitarras… pero hay
momentos en que a uno le ataca la lucidez… y decide lo que es políticamente más
correcto.
Así pues, a la cama!
Fuimos hasta las tiendas… y aquello parecía un campamento base antes de atacar
la cumbre del Everest…!
Las tiendas, cubiertas por la escarcha convertida en hielo… o por el hielo, con
alma de escarcha…
Igual da. El tema… es que hacía frío… je, je, je…
Nos despedimos, y cada cual se metió en su tienda.
Al entrar en la mía, comprobé que Canadian se despertaba… y eso me supo muy
mal. Así que procuré despelotarme –hasta donde me lo permitió la sensación de
frío-, lo más rápido posible, y me metí en el saco, donde comprobé que se
estaba más a gusto que dios! Ja, ja, ja…
Allí… acurrucadito… Notando como el entorno se calienta con el calor corporal
–y algún que otro metanito… je, je, je…
Desde la tienda de al lado, oí unos suspiros de placer. Pero no podría decir de
quien eran.
Así que mejor obviar ese detalle…
A gustito, sí que estaba. Sí… Pero no había puta forma de dormir!
Y para colmo… el campanario del pueblo tocaba los cuartos, las horas, los
cojones…
Todo lo tocaba!!
Yo, allí acurrucado, oí las cuatro y cuarto… la media… menos cuarto… las
cinco…!!
En la hoguera, ya habían sacado las guitarras, y se les oía cantar de lejos. Y
a puntito estuve de vestirme de nuevo, con mi botella de yerbas bajo el brazo,
y acudir hasta allí.
Pero el solo pensamiento de volver a despertar a Bruce… me hizo echar para
atrás…
Las cinco y cuarto… y ya no oí las cinco y media! Me dormí! Je, je, je…
Pero a las seis menos cuarto… mi compañero de tienda decidió levantarse. Así
que como yo no era consciente de haberme dormido… hasta que no me dijo la hora,
y comprobé que había un cuarto que no había oído… no me di cuenta de ello.
El compañero, se fue hasta la hoguera a “tener un poco de vida social” antes de
partir… y procuró en todo momento no hacer ruido.
Así que yo, que me sabía ya en el mundo de los sueños, decidí dormir a pierna
suelta hasta que el cuerpo pidiera guerra de nuevo…
Y eso pasó a eso de las ocho! Tócate los cojondrilos!!
Me desperté… oyendo chamelar a más de cuatro alrededor de la tienda… y cuando
un sonoro cuesco salió de mí bajo vientre, para ir a estrellarse contra la lona
de la tienda, decidí llegado el momento de saltar de la piltra y vestirme.
Pero… una pedazo de dolorosa rampa, que me montó todos los músculos del muslo
derecho… me obligó a tumbarme de nuevo, y esperar a que el horrible dolor
desapareciera lo más rápido posible…
Y eso, sólo era el preludio de lo que me esperaba el resto de la mañana. Porque
las rampas y montajes de músculo –como veréis más tarde- me atacaron por
doquier durante toda la ruta…
Aunque, no adelantemos acontecimientos… y prosigamos con el relato tal cual
pasó.
Cuando se me pasó la salvaje “montada de músculo”, que a decir verdad, fue la
peor de todas las de aquél día… aproveché par a vestirme y salir a fuera, con
la intención de aliviar mi vejiga cuanto antes. Pues ésta estaba más hinchada
que la cara de Rocky, en sus dos primeras ediciones…!
Salí… y el espectáculo era impresionante!
La escarcha, había ido haciendo capilla tras capilla de hielo en las motos, y
éstas aparecían blancas!
Y eso que ya empezaban a perder el hielo…
Me fui hasta los meódromos… y me decidí a probar uno de esos de pie.
Y la cagué… Pero mucho!!
Y es que los hombres… miccionamos de pie. Y esos bichos, están pensados para
eso… pero no a esas temperaturas!
Y claro, uno, acostumbrado por los años de uso… a aliviarse mirando dónde
dirige el chorro… mira… y todo el vapor que sale despedido hacia arriba,
directamente a la cara…!! Puagh…!!!
Vaya forma de despertarme, coño…!!
Así que después de la escatológica experiencia –en todas las salidas hay
alguna…-, me volví hacia el campamento y me lié a echar fotillos a las motos…
hasta que la batería del móvil me dijo que no me explayara tanto, e intentara
economizarla.
Con lo cual… Qué hacer? Pues sencillo… despertar a mis compañeros!! Ja, ja, ja…
Abrí la tienda de K-RloteS, y allí descubría a dos “capullos” –en el buen
sentido de la palabra, eh?-, por su similitud con la crisálida de los gusanos
de seda… perfectamente acurrucaditos… durmiendo a pierna suelta.
Pero yo, que soy un cabroncete… insistí, insistí e insistí… hasta que no
tuvieron más cojones que levantarse.
Primero Carlos, y luego Alberto… Pero los dos, con una cara de no querer ver el
mundo, que pa’ qué…!
Salieron… e igual que hiciera yo, decidieron inmortalizar el momento con las
fotos de sus móviles.
Pero para entonces, un tímido Lorenzo que empezaba a besar las burras… ya
derretía los hielitos, convirtiéndolos en el agua que fuera la noche anterior.
Los tres vestidos… nos decidimos a tirar para el tenderete de Paddock donde
estaban dando el almuerzo… y más de quince ya guardaban cola.
Antes, eso si, aliviaron también las bufetas en los meaderos… pero –listos que
son ellos- lo hicieron en el “cagómetro”.
Harto más seguro que el otro…. E infinitamente más discreto.
A todo esto, y mientras guardábamos cola… un Tito cachondo y saltarín, se la
puso a cantar, a tocar los merindolos, y a desearnos los buenos días en
general.
Y nosotros, serios, pensábamos… ya veras tú…! Je, je, je…
A todo esto, arrancaron las tracas despertadoras de dormilones!
Dos de ellas…!!
Que no veas la gracia que les tuvieron de hacer a más de cuatro, que se
acostaban en ese momento…!
Pero nen… así son las cosas! Que ya se avisó que se tiraría mano de métodos
expeditivos, para asegurarse que a las nueve no quedara nadie durmiendo…
Con todo y con eso, a mí se me despertó un apetito voraz, al ver los huevos con
tomate y chistorra que nos habían preparado…
Éstos… acompañados de unas pastas a elegir. Y de bebercio, café con leche,
zumo, o vino!
Mi menda lerenda… vino!! Je, je, je… Que como dijo un conocido mío una vez… “al
fuego… fuego!”
Tito, como yo, almorzó el kit completo de almuerzo… Solo que cambiando el vino,
por zumo.
Pero K-RloteS, algo más tocado por la noche y la gripe… prefirió ni mirarse los
huevos, que le producían cierto asquito… y pedir que le pusieran alguna pasta
de más… je, je, je…
Deseo concedido. Aunque en la barra ya le advirtieron:
- “Pero como te pilles vino, te doy, eh?”
Je, je, je… Y es que su cara, era un verdadero poema…
Juntos, los tres, almorzamos gustosa y tranquilamente… coincidiendo
–casualidades de la vida- con un amigo de Carlos, al que tuvimos el inmenso
placer de conocer allí.
Y es que, como dije antes, el mundo es un pañuelo…!
Almorzamos, como digo… y después del pitillín post almuerzo, el compañero de
Castellbisbal nos recordó lo que nos dijera un rato antes:
Que necesitaba de un sitio bonito y tranquilo, para plantar un pino mañanero y
relajante.
Así que no se nos ocurrió mejor idea, que ir al bar donde la tarde antes
acudiéramos con Monty…
Y para allí que fuimos.
Pero… no!!! La puta cuesta!!! Otra vez, no…!!!!
Sí, sí… Nos tocó subir de nuevo la cuesta… con el consiguiente dolor de
piernas, y mal follaje…
Y encima, llegando arriba… una muchacha, simpaticota ella, nos deseó los buenos
días…!
A lo que yo le contesté:
- “Eso lo dices, porque a ti te toca bajar…” –Y sonrió del gustazo que le dio
pensarlo. Seguro…
Menuda cuesta compañeros…!! Menuda cuesta!!!
Llegamos al bareto… elegimos la única mesa de la calle –que hay que fumar…- en
la que tocaba el sol… y nos dispusimos a cafetear tranquilamente, mientras
repasábamos el día anterior, y saboreábamos lo que a priori parecía, el final
del AMOTOnamiento…
Pero no. Aún quedaba un cachito más…
Allí sentados, recibimos –pues había para todos- la bronquilla de un Tito
dolido, porque el día anterior no nos acordamos de él a la hora de comprar los
parches.
Y la verdad es que tenía razón… Pero nosotros, todavía echábamos más leña al
fuego, elucubrando con la posibilidad de que se hubieran acabado… je, je, je…
Allí sentados, también, recibimos la llamada de Daelin… informando que ya mismo
salían para allí!
Así que todavía teníamos un ratillo… para poder disfrutar del solecito, del
café, y de “relax” tan apetecible que tiene aquella terracita… después de subir
“la puta cuesta”…! Je, je, je…
K-RloteS, un rato más tarde, y visiblemente “descansado”… regresó del interior
del garito, con la intención de disfrutar él también de aquél sol de media
mañana, que era un placer y un verdadero lujo para los sentidos…!
Tanto… que de la mesa de al lado, emigró uno y se sentó en la nuestra… je, je,
je…
Era Dani. De Moto Grup Druïdes. Que al ver el pin de La Cabra Mocha… se puso a
charlar con nosotros, y allí pasamos un rato más que entretenido. Pues es un
tipo cachondón como pocos…
Allí, nos dio recuerdo para todos los d’Els Mussols… y con nosotros, se lamentó
de que ese año no pudieran ir.
Y allí, le recordé las desventuras de quien suscribe, la madrugada del
dieciséis de enero pasado… acompañado del inefable Paco de Zaragoza.
Y es que… todas las noches tienen su aquél. Pero aquella… aquella fue
memorable! Je, je, je…
Como todo en este mundo, aquella charlita tranquila también tenía que tener su
fin. Así que de mutuo acuerdo… pero para nada convencidos, decidimos emigrar de
allí como las golondrinas, y ponernos a hacer un poco de faena.
Que sería ya media mañana… y teníamos todo por recoger…
Así que bajamos la “puta cuesta” los cuatro… y prácticamente al final de ella,
nos despedimos del compañero –y desde ya, amigo- Dani. Que también tenía que
ponerse a la labor.
Llegamos al campamento, y una vez allí… aprovechamos para acercarnos al
tenderete de Paddock, donde el amigo Tito pudo comprar –felizmente- el parche
de la concentra…!
Y nosotros –K-Rlotes y yo-, respirar tranquilos… je, je, je…
Allí en el tenderete, nos informaron de que el sorteo de éste año iba a ser muy
interesante… pues había todos los regalos de ésta edición del AMOTOnamiento, y
los del año pasado!
Ya que se puso a llover… la gente se fue, y se anuló. (Algo que yo desconocía,
pues como dije al principio, yo ese día me tuve que ir tempranito…)
Y allí estábamos, a puntito de tomar algo fresquete… cuando me llamó el amigo
Daelin!
Que ya habían llegado!!
Localizamos un punto de referencia donde dirigirnos… y una vez acordado, ya que
nuestra situación era “estratégicamente” avanzada –como diría Patton-,
decidimos esperar a que aparecieran por delante de nosotros…
Y no tardaron en aparecer!
Daelin, Kori, Blas, Escacs… un par de compañeros de los que no recuerdo el
nombre… y Cooper! El saltarín y simpaticorro perrillo de Kori y Daelin, que
aprovechando que éstos habían venido en coche… no quiso perderse el evento
dominical y motero…
Qué decir de ese encuentro…! Abrazos, cariños, apretones, besitos… Y todas las
muestras de cariño, habidas y por haber!
Y es que encontrarse con estos amigos, es siempre un placer, un orgullo, y un
verdadero honor…!!
Tito, que andaba chupando una coca-cola… le tocó –para variar- el culete a
Daelin. Y por eso, cuando llegó el turno de hacerse las fotos de rigor con la Elfonsa… y Tito posó en
una de ellas con Kori, Daelin le exigió que tuviera siempre las manos bien a la
vista…! Ja, ja, ja…
Los amigos de Valls, como es normal, tenían ganas de almorzar… Y nosotros, que
lo teníamos todo por hacer, y como suele decirse, las tiendas… manga por
hombro… decidimos que cada cual se dedicaría a su labor, para luego
encontrarnos y pasar un buen rato juntos.
Con lo cual, ellos se dirigieron a por los bocatas, y nosotros a por las
tiendas.
Llegamos a las tiendas… y éstas ya estaban “prácticamente” secas.
Era cuestión, pues, de tomárselo con calma… y empezar a recoger tranquila,
pausada, y
paulatinamente.
Que en días como ese, no hay prisas… ni puta falta que nos hacen.
Venga pues! A recoger!!
Enrollando la esterilla, me di cuenta que había dos…! Y es que el amigo
Canadian, no sé si por las prisas mañaneras, o por no volver a entrar en la
tienda, se dejó la suya.
Así que las enrollé juntas, y cuando le vea se la devuelvo.
Saco de dormir… manta –que no necesité-, linternas, neceser… todo para el
petate!
La tienda, recogida por Tito y plegada entre los dos… la atamos a su Águila
Negra.
Y así, poco a poco… fueron desapareciendo todos nuestros enseres del suelo de
aquél campamento… al tiempo que aparecían perfectamente atados a nuestras
burricas.
K-RloteS, que ésta vez intentó cambiar el orden de colocación de las cosas,
para lograr así un transporte más cómo de su “Two Seconds”… tampoco lo logró.
Y es que la “Two Seconds”, es mucha “Two Seconds”… y casi seguro que se tendrá
que inventar un apero para que en la próxima salida, la confortabilidad y facilidad
de su montaje… vayan acorde al de su transporte.
Los compañeros y amigos de Valls, ya habían almorzado. Y hasta las burras, se
acercaron Kori y Daelin… justo cuando estábamos dándoles los últimos tirones a
los últimos pulpos... dando así por finalizada la peor de las tareas de
cualquier concentración…
Así que en unos minutos… ya nos tenéis a todos, dejando las motos perfectamente
listas para la marcha… desfilando en búsqueda de los otros, para tomarnos algo
con ellos.
Que ya tocaba!!
Y… a que no adivináis donde decidieron ir a tomar algo…?
No…? No tenéis una ligera idea de qué bareto podría ser que eligieran?
Je, je, je… Sí!! El mismo al que habíamos ido esa mañana a cafetear…
El mismo al que fuimos la tarde anterior con Monty…
Y el mismo, al que para llegar a él, hay que subir la “puta cuesta”…!!!
No….!!! No puede ser… Esa cuesta, nos cogió manía… y nos estaba dando pa’l
pelo…!! Je, je, je…
La subimos –casi a rastras ya…-, y cuando llegamos arriba, un señor muy
simpático que tenía una Electra, nos empezó a contar las excelencias de vestir
ropa específica para andar en moto en invierno.
Y… no digo que no tuviera razón el hombre. Ni que el tema no pudiera ser
apasionante y divertido… Pero… no era el momento, leche!
Que acabábamos de estar a punto de echar los higadillos, en aquella subida
traicionera y asesina, que escalábamos por cuarta vez ese finde…!
En fin… suerte que la charla duró sólo lo que tardamos Carlos y yo en meternos
en el bar… y el hombre se despidió cortésmente.
Otro día, charlamos más rato compañero… pero con el finde que tuvimos, y justo
llegando arriba de la cuesta… no nos pillaste en el mejor de los momentos…
En la terraza de aquél bar, nos sentamos todos a descansar.
A saborear la cervecita…
Y a comentar la jugada de lo vivido, y de lo por venir…
En aquella terraza… disfrutamos de la grata y agradable compañía de nuestros
amigos, mientras charlábamos de todo un poco, y de nada en concreto. Mientras
relajábamos los músculos… aligerábamos el alma, y llenábamos el estómago…
Y qué bonito es…
…después de un fin de semana ausente de toda preocupación…
Con los amigos y compañero, y en el monte…
Sentarse a contarlo, y reírse de uno mismo y del resto del globo…!! Je, je, je…
Pero… como dije antes, todo tiene un fin. Y el del AMOTOnamiento de este año
–ahora sí-, estaba a punto de llegar.
Salimos de la terraza… enfilamos a la cuesta invertida –llamémosla bajada-, y
llegamos hasta el campamento.
Campamento que –como pudimos comprobar un rato antes- se había llenado de gente
y de motos!!
Y es que el domingo por la mañana, también hay mogollón de gente que acude al
evento.
Y más, en un finde como ese. Que a pesar del “hielo” de la noche… hizo un
tiempo excepcional y fantástico!!
En el escenario, estaban en pleno sorteo.
O mejor dicho… a puntito de acabarlo.
Pues andaban por los premios para los moteros más lejanos, más jóvenes, más
viejos… etc. Y esos –normalmente- son los últimos que se entregan…
Pero nosotros, que teníamos muy claro lo que teníamos que hacer, no nos
quedamos a comprobarlo.
Tiramos para las motos… y tras organizar y decidir la ruta de regreso,
acordamos que la haríamos todos juntos. Yendo a buscar Montblanc… para luego
bajar a Valls –sin pasar por el Coll de L’Illa-, y así finalmente por El Vendrell,
tirar para Vilafranca.
Toma ya… rutilla chula de regreso…!! Je, je, je…
A la cabeza… Daelin, Kori y Cooper, en su Hyundai. Seguidos por Tito, mi menda
lerenda, y K-RloteS…
Y cerrando el grupo, Escacs, Blas, y los dos compañeros de los que lamentablemente
recuerdo el nombre.
Tengo que arreglar ese fallo lo antes posible…
He de decir… que la ruta fue muy, muy , muy guapa!!
Que el trayecto “por arriba”, en vez de “por abajo”… que es el que usamos para
ir, es precioso!!!
Y de hecho… el primer año que fui, allá por el dos mil nueve, con Fredy… fuimos
por ahí.
Pero también he de decir que saliendo de Ulldemolins empezó mi suplicio… que se
convirtió en una dolorosa condena que no me dejó hasta llegar a casa.
Las rampas!! O mejor dicho, los “montajes de músculo en mis muslos”…
Qué dolor compañeros! Qué jodida más toca pelotas…!
Y claro, si uno ya es lento de por sí con las curvas… imaginaos haciendo
posturitas para aliviar las envestidas que me daban en las piernas…
Ciertamente, no sabía cómo ponerme en la moto. Pues era relajarme de un viaje…
y empezar el siguiente…
Salimos de Ulldemolins… y tiramos para Vimbodí y Poblet. Y por allí, paramos en
una gasolinera a llenar depósitos… Momento que aproveché para pedir disculpas,
y relajar las piernas.
Escacs se ofreció a que nos cambiáramos la moto, por si al llevar la suya que
no estaba cargada, notaba mejoría… Pero rehusé –agradecido- su ofrecimiento,
porque ya sabía yo que el único modo en que se me pasaría, sería llegando a
casa y estirándolas.
Así que… todavía me quedaba un buen trecho de “sacudidas”…
Pero… era más el placer que sentía al rodar rodeado de amigos, que dolor que me
pudieran hacer sentir mis cansados músculos…!
Con lo cual… reorganizamos el grupo –una vez abrevadas las cabalgaduras-, y
partimos sin más a acometer un nuevo tramo del camino!!
En ésta ocasión, el coche se puso detrás. Y delante… se colocó uno de los
compañeros que conocí esa misma mañana.
Primero hacia Montblanc… luego dirección Valls…
Y así, unos tras otros, fuimos encarando curvas… rectas, subidas y bajadas…
hasta que –en un rellanito del terreno- justo al lado de una rotonda donde en
principio, nos íbamos a separar en varias direcciones… nos paramos a
despedirnos.
Allí, echamos unos pitillos… relajantes y largamente esperados.
Allí, charlamos un buen rato, mientras comprobábamos que llegada era la hora ya
de comer…
…aunque lo haríamos cada uno en su casa, donde podríamos descansar como nos
merecíamos.
Y allí… Tito tuvo la oportunidad de sentir bajo sus nobles cascabeles por
primera vez, el ronroneo suave, y el tirón potente, de una Yamaha Virago..,!!
Concretamente, la de Escacs. Que deseoso de mostrar el pedazo de máquina que se
esconde bajo esos 535 centímentros cúbicos, se la dejó sin pensárselo… a ver si
se anima a sacarse el carnet…! Je, je, je…
Y qué bella estampa hacían los dos…!! Sí señor!!!
Pasado el rato… Con los pitillos apagados, y las ganas de volver a subir a las
burras, completamente renovadas, decidimos despedirnos nuevamente unos de
otros… Deseando, con toda la fuerza del corazón, volvernos a ver lo más pronto
posible.
Unos… para Valls. Otros, pillando autopista, y para Barcelona. Y nosotros…
dirección a El Vendrell…!!
Así pues, el grupo se redujo considerablemente, y quedamos Tito, K-RloteS, Escacs,
y yo mismo…
Escacs, cerrando el grupo… y yo a la cabeza de él, con un destino claro en la
mente:
Vilatranca del Penedret!! Ja, ja, ja…
Tiramos por la carretera vieja de Valls… pasando el Collado de Santa Cristina.
Luego, pasando frente a “Las Tres Farolas”… Albinyana, y su “Conchita”… Hasta
que volvimos a pisar, una vez más y de nuevo, nuestra entrañable y amorosa
vieja amiga.
La N-340.
Nacional que nos llevó hasta la capital de L’Alt Penedès… donde teníamos
nuestra siguiente parada “de avituallamiento”… je, je, je…
El Monterrey!!!
Pero… no… El Monterrey los domingos por la tarde está cerrado…!
Menos mal que somos previsores, y a falta de un garito para juntarnos, tenemos
dos! Je, je, je… El Moreneta!!
Así que ni cortos ni perezosos, no fuimos para allí a relajarnos en la que
sería, la última parada motera de aquél fin de semana concentrado, motero y
rutero…
Allí nos tomamos unas cervecillas… un bravas… y Tito un café! Que el pobre, se
venía durmiendo…
Allí sentados… charlamos un buen rato hasta que la brisilla de primera hora de
la tarde nos hizo empezar a replantearnos la vuelta.
Así que nos despedimos, después de que el amigo Escacs nos invitara al
“aperitivo”… y emigramos –tras hondos y sentidos abrazos y apretones- cada cual
a su nido…
K-RloteS. El inefable, dicharachero y confraternizador de nuestro amigo
K-RloteS… siguió camino por la
N-340, dirección a Castellbisbal.
Escacs, el inconmensurable de Escacs… empalmó la C-15, y para Capellades!!
Y yo, y el “ametrallante” del compañero Tito -que ese fin de semana se despachó
más a gusto que en Perros del Ebro, que ya es decir… je, je, je…-, enfilamos
también la C-15…
pero con dirección a Canyelles.
Con lo cual… tiramos en todas las direcciones posibles desde allí, cada cual a
su casa, a descansar… y a recordar por siempre, lo que para siempre va a ser
inolvidable…
Tito y yo bajamos… con las ganas y las prisas de llegar a flor de piel…
Y a mí, mis muslos muslitos, me atacaron de nuevo, con sacudidas mucho más
fuertes que en todo el camino anterior…!
Pero por suerte, era el último tramo de la ruta… y sólo haría falta un último
esfuerzo para llegar…
Y llegamos!! Y en un periquete que llegamos!!!
Entramos triunfantes en La
Blanca Subur… y de culo, a dejar las motos al parking!
Y de ahí… dejando todos los bártulos en ellas para recogerlos otro día con más
ánimos… para casa!!
Que había que comer… que descansar… y cag…. Je, je, je…
Pero llegábamos felices… Contentos y satisfechos… Y eso, no se paga con todo el
oro del mundo…!
La verdad es que fue una salida excepcional. Un fin de semana, grandioso…!
Pero sobre todo, el hecho de haberlo podido compartir con grandes y buenos
amigos… es lo que realmente lo hizo grande y maravilloso…!!
Sin olvidar –claro está- a los amigos que no pudieron asistir… Pues su falta se
notó en todo momento, y es algo que lamentamos en más de cuatro ocasiones….
Pero esperemos que para la próxima nos podamos juntar todos. Y juntos, podamos
hacer que la próxima edición del AMOTOnamiento, sea tanto o más grande que la
de este año!!!
Oh, yeah!!!
NaClu2!!!