Por Jaqueton:
Hoy hace una semana, el pasado jueves tres de febrero y de forma un tanto
atípica… salimos de rutilla.
La razón? Desquitarse someramente de la putada que nos hizo El Gran Manitou el
sábado anterior, cuando la intención de la salida era ir a visitar a nuestro
viejo y gran amigo, Mazinger Z.
Y es el viernes, cayó hasta granizo! Y claro, no era cuestión de jugársela…
Aunque en un principio pensábamos esperar al sábado por la mañana para ver qué
tal amanecía… El mismo viernes, en vista de la que caía, y a eso de las 22:05,
abortamos la misión vía telefónica.
Con lo cual… los ánimos moteros, ruteros y tragones, estaban alteradillos… y
hambrientos de carretera… je, je, je…
Así que cuando el amigo Tito propuso salir a dar una vueltecilla… buah!
Poquitas ganas teníamos…!!
La primigenia propuesta fue encontrarse en el Monterrey… y tras un almuercete
tranquilo, decidir el trayecto y el destino de la ruta.
Pero viendo los que seríamos… decidimos quedar directamente en
Rutilla que –dicho sea de paso- es tan atípica como el hecho de que saliéramos
en jueves… Pues pasamos por carreteras, por las que rara vez pasamos en
nuestras salidas.
Quedamos pues –como digo- en Sitges. Concretamente, en la gasolinera conocida
como la de “El Molino”.
Desaparecido bar-restaurante, del que sólo queda un edificio tapiado,
colindante a la gasolinera. En el que de jovenzuelo, no pocas veces desayuné
–beodo todavía-, después de haberme pegado la juerga padre en las discotecas
del turístico pueblo playero…
Qué recuerdos alcohólicos y crápulas…! Je, je, je…
Hasta allí, y después de pasar Las Costas del Garraf, se dirigió el amigo
K-RloteS a lomos de su bonita y ligera Eliminator…
Y hasta allí también, nos dirigimos Tito y yo con nuestras no menos preciosas
niñas.
Dispuestos a juntarnos con el compañero de Castellbisbal… y en grupete, rutear
un ratillo hasta Vilafranca.
La rutilla elegida, pasó por Sant Pere de Ribes. Donde pillamos la vieja y
sinuosa carretera del Gran Casino de Barcelona… que nos llevó hasta la
variante.
Una vez allí, tiramos dirección Cubelles… Y justito antes de salir de L’havana
Xica, pillamos una de las carreteras a la que guardo más cariño y recuerdos
nostálgicos de infancia: La carretera del pantano!
Por ella subimos tranquilamente… mientras el revirado asfalto mañanero,
transcurría bajo nuestros neumáticos.
Llegando a la presa, paramos a echar unas fotillos y respirar el fresquete aire
de aquellos lares.
Pero no echamos ni un pitillo… porque los atribulados estomagos moteros, ya
empezaban a quejarse con furia visigoda. Y era menester darles algo cuanto
antes… je, je, je…
Así que reanudamos la marcha, y tras pasar Castellet… enfilamos hacia L’Arboç.
Donde pillamos nuestra vieja amiga N-340, que nos dejaría –doce kilómetros más
tarde- en la capital de L’Alt Penedès…!
Llegamos pues al Monterrey… y tras saludar efusiva y cariñosamente a Victoria y
Pedro… nos dispusimos para uno de los momentos más agradecidos de cualquier
salida que se precie. El almuerzo!!
Tito… una hamburguesa completa, completa, completísima…! Con huevo y todo!
K-RloteS, un no menos completo bocadillo de lomo, bacon, queso, y chistorra…!!
Buah! Je, je, je…
Y yo… un “Marvi”. Un bocadillito jugosete… de ternera, cebolla, y pimiento
verde… Casi ná!
Con lo cual, armados como estábamos con tan imponente “armamento”… no podíamos
hacer otra cosa que atacar. Y eso hicimos!
Almuercete tranquilo y dicharachero… Cafelotes y carajillazos sobremeseros y
tertulianos… Y pa’ la calle! A fumar!!
Fresquito… pero con solete. Un par de “pitis”… cuatro chistes… y pa’ dentro de
nuevo…!
A liquidar la cuenta, y seguir camino. Que yo ese día entraba de tarde… y no
era cuestión de entretenerse demasiado…
Salimos de Vilafranca, bajamos directamente a Canyelles por
Fin de la ruta… pero no de la salida… je, je, je…
Aparcamos las burricas –las tres- en el parking donde pernoctan normalmente
nuestras pequeñas… y nos dispusimos ir a echar la cervezuela de fin de ruta.
El lugar elegido: El Bar Varón! Un barecillo tranquilo y agradable, que está
cerquita de casa… Donde de vez en cuando me echo un carajillete, o como ese
día, un frecota negrita…
Allí sentados en una de las mesas de fuera, repasamos la salida… disfrutamos de
la charla… y nos zampamos unos sabrosos calabacines rebozados, con los que nos
obsequió el camarero. (Sana costumbre de la casa, que siempre es de agradecer)
Media cerveza llevaríamos… cuando apareció por allí mi encantadora mujercita!
Que había salido a pasear a la pequeña Sara. Nuestra dulce perrita…
Besitos… cariñitos… y como no, presentaciones. Que con K-RloteS, todavía no se
conocían…! Y ya tocaba!
Y ya… para mí… se empezaba a hacer tarde de verdad.
Y es que como estaba –en el sentido más literal de la palabra-, al ladito de
casa… Pues me lo tomé con mucha –demasiada – calma… je, je, je…
Así que cuando pasó por allí el amigo Juan, dispuesto a entrar a trabajar poco
más tarde… aprovechamos y levantamos campamento.
Despedidas… besotes, apretones y abrazos… y nos separamos.
Juan, Anna, Sara y yo por un lado… y Tito con K-RloteS por el otro.
Y es que K-RloteS decidió aprovechar, y quedarse a comer en Sitges… Y como Tito
empezaba vacaciones ese día… se fueron los dos a hincar el diente, y llenar la
barriga.
Y a base de bien que la llenaron!! Je, je, je…
Yo… me limité a tirar para casa… y dar por terminada la salida. Puto curro!!!
Pero qué pedazo de salida...!
Una salida tan especial, como atípica.
Entre semana… Por carreteras de mi zona… Pero con el gusto, la compañía y las
ganas, de cualquiera de las salidas de AMICUS!!
Y como más tarde se dijo por el foro… para repetir cualquier día!! Oh, yeah!!!!
NaClu2!!!
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