Por Jaqueton:
Salud companys…
Esto que me dispongo a escribir, va a ser una introducción camuflando una
disculpa, una explicación, y sobre todo un agradecimiento.
Como sabéis… no escribo crónicas desde principios de agosto. Por ende, llevo
casi tres meses sin pegar sello en ese sentido. Y si no fuera por Anna –que se
ha encargado de dar forma a la mayoría de crónicas pendientes- ahora mismo
tendría una deuda impagable con el grupo, el foro, y el blog de crónicas.
Así que desde aquí… no puedo si no agradecerle el apoyo, la ayuda, y
–sobretodo- las ganas y la gracia que pone para plasmar las vivencias que hemos
tenido todo éste tiempo.
Para quien no lo sepa, diré que tenemos un blog de crónicas que es visitado por
mogollón de peña de varios países cada semana. (Echadle un vistazo al contador,
y seguro que lo fliparéis en colores…)
Tenemos crónicas de todas las salidas que se han hecho desde el año dos mil
siete…
Menos en ésta última y lamentable temporada, he escrito crónicas de todas las
salidas en las que he participado.
Tenemos –por tanto- una base de datos excepcional, de todas las salidas que se
han hecho a lo largo de la historia –y prehistoria- de éste pequeño grupo que
componemos…
…y por eso, creo que es importante que esa tradición no se pierda. Ya que en el
futuro serán muy pocos los grupos que puedan releer en blanco sobre negro su historia,
sus salidas, y –en ellas- la evolución de su filosofía de vida.
Es por eso que además de agradecer a Anna su colaboración en ésta empresa…
quisiera agradecer a tod@s los que en alguna ocasión habéis aportado vuestro
granito de arena a éste archivo… y animar al resto a escribir –alguna vez- una
croniquilla.
No hace falta que sea una larga explicación, trabajada, y cometida. Bastará con
que escribáis cuatro líneas explicando a vuestra manera lo que hemos hecho ese
día… para que así, en el blog de crónicas, podamos dejar huella tod@s l@s que
formamos parte de ésta pequeña gran familia.
No voy a enrollarme explicando por qué he dejado de escribir todo éste tiempo.
No hace falta…
Creo que todos los que me conocéis, sabéis que los ánimos no han estado muy ahí
estos últimos meses.
Pero vamos, aunque todavía no he “despegado”… voy a ponerme manos a la obra
para devolver las seis crónicas que he ido acumulando en mi tintero, y que
figuran en mi lista de deudas para con todo el grupo. En especial, conmigo mismo…
No obstante, para facilitarme la labor, y –espero- animar a quien sea que se
pueda animar… las escribiré en un estilo un poco “rápido”.
Plis plas, y a por otra. Ya que en verdad… muchas, muchas ganas de escribir no
tengo.
Por eso he querido empezar por ésta –que tiene muy poquísima “chicha”.
Para que así, aparte de arrancar de nuevo con las crónicas… sea más fácil que
me vayan viniendo las ganas de escribirlas.
Sin más dilación me pongo con ella. No sin antes pedir disculpas por el tiempo
de inactividad que me he tomado… y agradeciendo –una vez más- que “sólo” os
deba seis crónicas…!
Ya que si las debiera todas, ya os aseguro yo que en estos momentos no estaría
aporreando las teclas de éste maltrecho teclado…
Gracias…
La mañana del catorce de septiembre pasado, me levanté con la intención de
realizar una salida solo.
La idea era hacerla el domingo trece… pero como había llovido los días
anteriores, y tenía que reparar algunos desperfectos en mis bonsái que me había
provocado la lluvia –con la colaboración del hijo de la gran puta del vecino-
decidí no salir el domingo y aprovechar para arreglarlo…
…y salir el lunes con la calma.
Igualmente solo, pero con las carreteras más secas.
Arranqué la salida yendo a echar un café en la Sede. Donde coloqué –desde ese
día- nuestro particular punto de recogida de tapones para Els Amics de la Noa.
Luego, salí siguiendo la ruta preestablecida y anunciada en el foro… que no iba
a ser otra que el ensayo de la Ruta NBA II, que celebraríamos el sábado de esa
misma semana.
La ruta arrancaba –como digo- en Vilafranca… y pillando la N340, bajé hasta
Avinyó Nou. Donde doblé a mano fascista… empezando una curverita carreterilla
que me llevaría por Olesa de Bonesvalls, Begues, y hasta Gavà.
Una vez allí… tiré para Castelldefels. Donde arranqué con una segunda carretera
curverilla: La popular carretera de Les Costes del Garraf…! Y siguiendo su
sinuoso trazado… llegué a Sitges. La Blanca Subur…
Desde allí pillé la carretera que me llevaría a la capital del Garraf, y el pueblo
que me vio llegar al mundo: Vilanova i la Geltrú.
Donde paré en el paseo marítimo… emulando la parada prevista para que el sábado
nos echáramos unas fotiquis de grupo en la Pasifae. Impresionante escultura de
cobre –de más de tres toneladas de peso- que simboliza una de las leyendas
cretenses más conocidas.
Para aquellos que no la conozcan… ahí van tres líneas:
Poseidón le regaló a Minos –rey de Creta- un formidable toro blanco para que lo
sacrificara en su honor. Pero Minos, al ver la grandiosidad del animal… decidió
no sacrificarlo. Provocando así la ira del dios… que en venganza hizo que
Pasifae –esposa de Minos- se enamorara del toro.
Pasifae ordenó a Dédalo que le construyera una vaca de madera para poder
consumar el acto sexual con el toro. Lográndolo… y naciendo de esa unión el
conocido Minotauro.
Y esa es –ni más ni menos- la representación de la espectacular escultura que
hay en Vilanova. Una gigantesca vaca… que alberga en su interior una mujer
cachonda perdida… je, je, je… Pasifae!
Después de varios años –sin duda- uno de los símbolos de la ciudad.
Retomemos…!
De allí partí en busca de la carretera del pantano. Una de las carreterillas
más conocidas de la zona… y popular tanto por las motos y bicis que la
recorremos, como por los innombrables accidentes que allí han acaecido.
La subí con gusto y tranquilidad, descubriendo que “Cal Barretet” –restaurante
popular donde los haya- volverá a abrir sus puertas próximamente…
Tras pasar el pueblo, desvié para L’Arboç. Pero volví a desviar –ésta vez en
dirección a Clariana. Donde pararíamos a echar una cervecita el siguiente
sábado… y donde en ésta ocasión me tomé un triste cafelillo descafeinado, sin
azúcar, y sin pitillo. (Sic)
Luego encarrilé para La Gornal. Donde pillé de nuevo la N340… que dejé tras
pasar Bellvei, justo a la altura de Santa Oliva. Yendo a buscar la carretera
vieja de Valls…
Pasé La Papiola, llegué a Albinyana… y a la altura de Les Peces me metí.
Que era donde teníamos previsto comer el sábado… y dar por terminada la ruta.
Y así… enfilé de nuevo camino para casa. Donde me esperaban Anna, Sara, la
comida, y la ducha que me metería antes de ir a currelar esa tarde… (Qué triste
esto del trabajo…)
NaCluT!!!
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