Por Jaqueton:
El pasado dieciséis de mayo, me levanté a eso de las cinco de la mañana,
dispuesto a salir de ruta.
Pero era una ruta extraña… porque no me levanté con la alegría característica
de esos días… Ni mirando el reloj y calculando por haber quedado con alguien…
De hecho, la verdad es que sí que había quedado con alguien, si. Pero la noche
anterior, a eso de las once de la noche… ese alguien –el polifacético compañero
Pipeta- me llamó para decirme que no podría salir, pues una lata asesina había
tirado por el suelo, de golpe, a traición y de una vez… a él mismo, a su amada
Queen, su estimada Gurriana, y todos los sueños e ilusiones de esa mañana
primaveral del tercer sábado de mayo…
Así, quedó suspendida la ruta, el almuerzo, y todos los quehaceres conjuntos
que nos habíamos reservado mí querido Pipeta y yo.
Pero… mi menda lerenda decidió no resignarse, y salir igualmente de ruta.
Dirigiéndome así, directamente al pueblo del camarada, por sorpresa… y
asegurarme que se encuentran bien, y que el desafortunado accidente solo hizo
mella en la burrica –o “somera”-, y en la moral de nuestros amigos.
Total, que ni corto ni perezoso, a las seis y veinte de la mañana me dirigía al
parking a buscar mi pequeña, tierna, dulce y adorable Bilú It… y al encontrarme
allí con un compañero que cumplía el servicio de noche –y al no tener prisa por
llegar a ninguna hora concreta-, me eché con él un pitillo mientras el día
clareaba ya.
Cosa que no me gustaba mucho, pues me encanta que amanezca mientras ruedo…
No serían más de las siete menos cuarto, cuando abandonaba
Antes, eso si, en Sant Miquel d’Olèrdola, llenaría el depósito de mi pequeña
para ir más tranquilo… No me vaya a pasar como la última vez, que me entró la
reserva en mitad de la autovía.
Bueno me entró la reserva… Se me terminó la gasolina de golpe –sin dar tirones-
y se me paró allí en medio…!
Prosigamos. Llegué a Igualada, y allí –como no- me paré en el Canaletas…
Nuestro carismático Canaletas… Donde me empujé pa’ dentro un donuts de
chocolate, que remojé con un carajillete de roncete, que me calentaría por
dentro. Pues, aunque parezca mentira con las temperaturas casi veraniegas que
llevamos viviendo las últimas jornadas, aquella mañana fue fresquita. O por lo
menos, a aquellas horas, subiendo a
Pero claro, es normal, pues iba vestido de forma que a mediodía no me asara
como un vulgar pollo de corral “esplumao” y en mi horno… y todo no puede ser…
Tras calentarme como es debido, salí de Igualada pillando la popular A2,
dirección Lleida.
El ritmo fue bastante tranquilo. Sin prisa, pero sin pausa, fui devorando
kilometro tras kilometro… hasta la salida que tenía que llevarme hasta el
Corbins de nuestro Pipeta.
Salí de la autovía… y llegando al pueblo me paré en la misma gasolinera que
paramos el día de Balaguer y donde tuvimos el placer de conocer a Osito.
Faltaban escasos minutos para las nueve de la mañana cuando éste que os habla,
descansaba sus posaderas en uno de los taburetes del local, y se disponía a
calentarse…
Por no despertarle, decidí mandarle un ese-eme-ese que anunciara mi sorpresiva
llegada… y al que si por ventura estaba despierto… pudiera contestar.
Allí me eché el segundo carajillote, pues la temperatura de mis pirindolos así
me lo exigía. Y tras reposar un buen rato mis cachetes mofletudos, volví a
llenar el depósito y dirigí mi proa hacia Corbins.
Me di una vuelta por el pueblo. Saludé a todo el mundo con quien me crucé…. Vi
gente feliz y sencilla en aquél pueblete, y despertaron en mí cierta envidia
–sana, si la hay- por aquél tipo de vida.
Chafardeando por el pueblo, me encontré con unos autocares de lo que bajaban y
subían –supongo- senegaleses y mauritanos dispuestos a ganarse el pan, la vida
y los papeles en el campo.
Y sin querer, o queriendo mucho, me hicieron pensar en la letra de una canción
de Ixo Rai! que me encanta y si me lo permitís, aquí os dejo la letra:
SAMBA
Ya hace seis años de aquella noche, en la que Samba miró hacia atrás. Atrás
quedaban sus siete hermanos, dieciocho años y una ciudad. Miró adelante y no
vio nada, tan sólo las estrellas sin naufragar. Mientras el agua de la patera,
le recordaba hacia dónde vas. ¡Por fin Europa! pensó contento, todo en mis
manos para soñar. Pero las manos se hicieron duras, sólo soñaban con trabajar.
Eran expertas en macedonia: peras, manzanas, melocotón;manzanas golden, verde
doncella, reineta, star-king y algún melón. Samba que lejos queda tu casa.
Samba que cerca nuestra verdad. Samba cuando tienes que escucharte, que menos
samba y más traballar. Siguió la costa hacia Catalunya, tierra europea y gran
capital. Donde también le tocó la fruta, aunque le hablaban en catalán. Probó
fortuna en port-aventura, en polinesia y en el farwest. Todos los días haciendo
el indio, siempre ganaba Búfalo Bill. Marchó a Salou para vender gafas, gorras
del Barça y del español. Pero eran todos de Zaragoza, y no les hizo mucha
ilusión. Precisamente con uno de estos que era del Barça en la intimidad, cruzó
monegros el mes de agosto. Si esto es Europa yo soy Tarzán. Samba que lejos
queda tu casa. Samba que cerca nuestra verdad. Samba cuando tienes que
escucharte que menos samba y más traballar. Por fin llegó a la ciudad del
cierzo, con poco tiempo de disfrutar. La mala sombra de un policía llevó al
talego y sin rechistar. Tras unos meses de papeleo, salió a la calle pa
navidad. Con mucha gente le contrataron en un spar de rey Baltasar. Dejó el
incienso y cambió corona, por un buen casco en la construcción. Ya no se siente
discriminado, ahora le explotan como a un peón. Vive en un piso y ya tiene
novia, y se ha apuntado para tocar el guitarrico en una rondalla en una escuela
municipal. Samba que lejos queda tu casa. Samba que cerca nuestra verdad. Samba
cuando tienes que escucharte que menos samba y más traballar. Y sigue oyendo a
sus espaldas, chistes graciosos en pal color. Viendo miradas que no le miran,
soñando sólo, en el autobús. Y no me explico como consigue todos los días al
levantar esa sonrisa licor del polo que nadie supo borrar. Samba que lejos
queda tu casa. Samba que cerca nuestra verdad. Samba cuando tienes que
escucharte que menos samba y más traballar…
Espero que os haya gustado…. Yo la encuentro preciosa, reivindicativamente
genial –como todo lo de Ixo Rai!- y al mismo tiempo simpática, graciosa… Lo
dicho: Genial.
Sin darme cuenta, crucé el pueblo y fui a parar a un puente que cruzaba el
“Parc del Riu”; un lugar precioso donde tumbarse un rato, echar un “pito
lechuguino”, y dejar que pase el tiempo con la misma prisa con que viven los
aborígenes de estos lugares donde el estrés de la vida diaria no clava sus
colmillos…
Allí decidí dar media vuelta, rehacer el camino hasta la gasolinera, e ir hasta
Balaguer para almorzar. Pues esa mañana no saqué guita, no llevaba un chavo en
el bolsillo, y por allí no vi –por donde yo pasé- no vi un cajero que llevarme
a la tarjeta…
En un periquete, me encontraba por la zona por la que anduvimos el pasado 8 de
marzo, cuando subimos a la concentra de A.M.B. (Associació Motera Balaguer).
Por allí mismo, me di dos vueltas y apareció milagrosamente ante mí una
sucursal de “Caixa Sabadell”….!! Qué suerte! Y allí mismo pude cargar la
recámara a mi cartera…
Con la cartera provista para llenar al “tripis”, me dispuse a buscar un garito
donde hacerlo… Y me encontré con el “Trèvol”.
El bareto aquél donde almorzamos Pipeta, Queen, Moli, Fredy y mi menda. El
mismo donde preparan la cebolla de los bocatas durante cinco largas horas… El
mismo donde –si hay mucha gente- no son capaces de preparar unas tristes patatas
bravas… y el mismo en el que nos pegaron un palo impropio de un local como
aquél, con el servicio que nos procuraron.
Así que me tiré un sonoro cuesco, direccionando mi ojete a la puerta del
establecimiento a modo de saludo, y seguí buscando donde yantar…
Como era sábado y había mercado… aquello estaba lleno de gente. Y se me antojó
que los garitos estarían también a tope, así que decidí buscar por otra zona.
Encontré un sitio pijo, que me apeteció visitar. Detuve mi montura justo
enfrente. En un parking al aire libre… y entré al boliche dispuesto a llenar el
buche.
Todo allí era moderno. Las mesas, las sillas, los taburetes, los vasos… Un
ambiente “Andy Warhol”, con colorines en plan “Ágata Ruíz de
El tipo me preparó un bocata de bacón con queso riquísimo….! Un pan crujiente,
tierno… en su justo punto. Qué bueno!!! De verdad que sí….!
Servido en un plato gravado y rectangular, que me hizo sospechar que allí
también me meterían un palo de cojones...
Almorcé con gusto, solitario, relajado… y tras meterme el tercer carajillazo de
la jornada –dicen que no hay dos sin tres-, liquidé la cuenta, que no me
pareció exagerada por lo bien –excelentemente- atendido que estuve… y decidí
partir para Corbins. Donde intentaría contactar de nuevo con nuestro
accidentado compañero.
Y si esta vez tampoco podía… pues nada. Partiría para mi tierra, con la
tristeza de no haberle visto, pero la satisfacción de haber ido hasta allí…
La temperatura ya era bastante agradable. Sobrar, no me sobraba ropa… pues
estaba muy a gusto con la ropa que llevaba. Pero la temperatura ya empezaba a
subir. Y se notaba en la cantidad de insectos que asesinaba a mi paso…
Llegué a la entrada sur del pueblo, y allí decidí llamar a Pipeta. El intento
fue infructuoso, pues tampoco contestó… Pero le dejé un mensaje en el
contestador –odio hablar con máquinas- informándole de mis intenciones de
partir ya. Y deseando –como no- poder verle bien pronto, y darle el abrazo que
con tanto cariño le subí hasta allí.
A quien también mandé un mensaje –pero esta vez escrito- fue a Moli. Con quien
habíamos acordado que si se terciara, nos podríamos encontrar en el Ruta al
Oeste para echar una cervezota.
Una cervezota a modo de consolación, pues nuestro amigo esa mañana, tampoco
pudo salir de ruta matutina…
Así pues, empecé el descenso por la tremenda A2 a eso de las once y veinte del
día…. Y realmente, la diferencia con la temperatura de la mañana era notable…!
Vamos, que ya iba haciendo calor…. Je, je, je….
El ritmo, tranquilo…. Sin prisa… Pero con una pausa, pues un bichín hideputa se
metió en el casco, y paré a desahuciarlo del mismo, en beneficio de mi propia
tranquilidad.
Que es que se acercaba peligrosamente a la entrada de mis oídos, y me ponía de
los nervios….!
Tres ratos más tarde, descubrí ante mí la salida a Jorba, Ponts, Andorra… La de
Rubió!!
La así, con la naturalidad que me caracteriza cuando tengo intención de refrescar
el gaznate, y enfilé hacia el garito de nuestros almuerzos y quedadas más
calenturientas…. Ja, ja, ja…
Entrando al parking del chiringo…. Oh, sorpresa…!!
No había nadie!! Ni una moto, ni un coche, ni… nada!!
Solo encontré a la hospitalaria y siempre atenta Merche, tarjeteando con
plantas, haciendo de jardinera. Y a la que –supongo- sería su madre, cogiendo
caracoles…
Yo era el primero en llegar hasta allí aquella mañana…!!
El bueno de Juan, estaba de concentración… pero por lo visto, Merche no se iba
a agobiar con la faena que había… je, je…
Me procuró un vaso bien solido, de cerveza grande, afectuosa y abundante, y se
sentó conmigo y su fanta a petar la “xerradeta” en una mesa de las de fuera.
Allí pude saludar también al pequeño Juanito, que nació el pasado septiembre. Y
a la renacuaja de Bestia; el cachorro de Rottweiler que el próximo 27 de mayo
cumplirá 3 meses.
Aunque nadie lo diría, con el tamaño que tiene ya…
Charlando estuvimos un rato, hasta que llegaron tres Harley Davidson, con cuatro
jóvenes de la zona, que hasta allí se acercaron a cervecear…
El abuelo de la familia se trajo unas sombrillas, que uno de los muchachos se
encargó de colocar en las mesas.
Y es que el sol –Lorenzo pa’ los colegas- empezaba a apretar cosa mala…
Momento que aproveché para apurar el último sorbo de mi zumito de cebada, y
marchar; pues recordé que allí no tengo cobertura, y no sabía si Moli habría
intentado contactar conmigo.
Partí, pues, de allí… no sin antes despedirme de aquella gente en general, y de
la amable Merche en particular. Con la intención de pararme cuando pudiera para
llamar al compañero Moli.
En la primera tentativa –antes de llegar a
Bajé hasta Igualada, donde aproveché para llenar de nuevo el tanque de mi Bilú
It. Pues la pobre ese día, tenía un apetito voraz… je, je, je… Y a las puertas
del Canaletas, llamé a nuestro amigo –que ya me había llamado en le trayecto
Ruta – Igualada- con quien acordé que ya nos veríamos otro día… Pues ya era
cerca de la hora de comer, y tal como había ido la cosa, le fue imposible salir
con su Negra.
Así pues, ya solo me quedaba bajar hasta mi casa, donde me esperaba Eolia, mi
adorada mujercita…
El trayecto –como siempre- fue tranquilo y ligero.
Y llegando a Vilatranca del Penedret, por segunda vez en aquella zona… –el día
de Balaguer me pasó lo mismo- una abeja se coló en mi casco….!! Joder qué
pana!! Vaya tela….!
Pero la cosa, por suerte, quedó solo en un susto…. Pues levanté la morrera tras
ver al bicho pasear cerca de mi tocha… y cuando paré, el bicolor insecto ya
había tomado las de Villadiego…. Bufff…!!
Llegué al parking a eso de las dos y cuarto de la tarde… Con la tristeza del
fin de ruta…. Y unos trescientos cincuenta kilómetros en mis calientes glúteos.
Una salida rutera, si señor…!
Eché mano al móvil, y descubrí varias llamadas perdidas de Pipeta!!
Después descubriría el mensaje de texto diciéndome que me llamaría hasta
contactar conmigo, pero yo es que en cuanto vi las llamadas perdidas, le llamé
directamente…
Estuve charlando con él, y con su preciosa Queen, durante el peatonal trayecto
del parking a mi casa…
El pobre estaba desolado por no habernos visto. Y es que se quedó a dormir en
Lleida capital, en casa de Laura, donde reposaron el susto y el disgusto de la
noche anterior.
Me alegré mogollón de que se encontraran mejor –físicamente hablando-, y de que
pudiéramos despedirnos prometiéndonos mutuamente vernos en Cervera el próximo
31 de mayo. En la primera matinal de los amigos Birraiders MG….
Besos y abrazos telefónicos, y hasta pronto amigos…!!!
Y así, di por terminada la ruta, la salida, y como siempre, deseando que llegue
bien pronto la próxima…
Regresé a mi casa a comer, y a seguir disfrutando del día al lado de mi dulce,
tierna y amorosa Eolia….
NaClu2!!!
Dedicada a Mario y Laura. Con mis mejores deseos de que bien pronto puedan
cabalgar de nuevo a lomos de Gurriana….
Y puedan asimismo, compartir rutas, almuerzos y salidas conmigo y el resto de
buenos amigos que os quieren….
Un abrazo enorme, amigos!!!!
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