Por Jaqueton:
El domingo catorce de junio, la historia iba de un buen almuerzo… y ruta de ida
y vuelta curvera y divertida.
El compañero incansable, inconmensurable e inefable Fredy, y mi menda lerenda,
quedamos en un bareto chulo de Roquetes, de temprana abertura… donde libaríamos
cafeles y echaríamos algún pitillo, como paso previo a la salida…
Antes, saliendo de
Total, que para llegar a tiempo a mí cita baretera con Fredy, ya no puse gasofa
y tiré para allá, donde echamos el café y cagamos millas para la gasolinera más
próxima.
Fuimos a
Me decía –y de ahí no la sacabas- que le tenía que “pagar” antes de poner! La
muy….! Pero cómo voy a saber exactamente cuánto le va a caber al pequeño
deposito de mi amor??
Así que la mandé literalmente a la mierda, y decidí arriesgar el tipo, para
llenar, más tarde, sobre la marcha…
Hicimos –muy a gusto, por cierto- la carretera del pantano. Que siempre me ha
gustado hacerla de subida… Donde salvo dos o tres R’s que nos encontramos al
principio… no tuvimos más sustos-disgustos en todo la serpientica carretera.
Así llegamos a L’Arboç. Donde debía esperarnos el amigo Moli. Y en caso
contrario… deberíamos continuar la marcha, pues si no estaba a la hora, era
porque no podía salir…
Ergo, si no estaba, es por que no había ido…. Je, je, je… Y así fue. El amigo
Moli no pudo salir ese día, pues los quehaceres domésticos pesaron más que la
ruta dominical. Algo y totalmente lógico por otro lado…
No estaba, y con todo el dolor de nuestros corazones proseguimos con la ruta.
Esta vez… por la popular y encantadora N-340…
Un poco más adelante –llegando a Vilatranca del Penedret- llené el depósito de
mi pequeña, atendido por una simpatiquísima muchacha “del este” que se
encontraba llenado el buche en el mostrador. Y al poco, llegábamos a Avinyonet
del Penedès; donde pillaríamos una curvera carreterilla que había de llevarnos
hasta Olesa de Bonesvalls. Concretamente, a Can Joan.
La llegada al restaurante fue tranquila. Poco a poco… fuimos devorando –sin
prisa pero sin pausa- aquella serpenteante carreterilla… Y faltando unos
minutos para las nueve de la mañana, descubrimos un goteo incesante de futuros
clientes que –como nosotros- esperarían pacientemente ante las puertas a que
abrieran el local y nos dieran a todos de yantar…
Finalmente, nos sentamos en una mesa para dos –muy romántica ella- que había en
un rincón del chambao que hay ante el local; y en la mesa de al lado… se sentó
un enorme tipo tostado por el sol, y con casi tanta hambre como nosotros.
Se sentó dispuesto a continuar la charla que empezamos los tres durante la
espera a la apertura del garito.
El hombre –Jaume se llama-, nos aconsejó justo antes de que nos tomaran nota,
que pidiéramos pies de cerdo… pues según él, no habíamos en la vida cosa igual…
Así que ambos –Fredy y yo- decidimos cambiar nuestras primigenias elecciones… y
probar aquellos exquisitos –según Jaume- pies de gorrino… y no veáis que
almuerzo nos pegamos!!!
Qué maravilla de “manos de ministro” nos metimos!! A la brasita… tiernos,
jugosos y tostados a un tiempo… y pintados en lo alto de un suave alioli…
Los acompañaban una muestra de riquísima sanfaina, y unas judía cocidas. Pero
tanto yo como Fredy, convenimos más tarde que para la próxima ocasión…
pediremos que se ahorren la guarnición, pero que nos pongan ración doble de
pies de marrano… je, je, je… Que no engorda, y está que te cagas, de la
muerte!! Sí señor!!! Como predijo el amigo Jaume… los mejores que hemos comido
en la vida…!!
Los regamos con vinacho y casera… y los amenizamos con una estupenda charla con
el nuevo amigo de la mesa de al lado…
Terminando tan estupendo plato, nuestro compañero se pidió un cafelote, un
chupito de orujo, y –sin pedirlo, ya que es cliente habitual- un estupendo
caliqueño…
Nosotros tardamos un poco más en terminar. Pero cuando lo hicimos… también
tiramos para los cafeles. En nuestro caso, carajilletes… je, je, je…
La charla continuó… y llegó la hora de volver a pedir. Jaume repitió su “kit”
post almuerzo… y nosotros tiramos para unos chupitos de yerbas, que nos asentó
el almuerzo de puta madre…
Y llegados a ese punto, cuando el sol ya hacía rato que calentaba a base de
bien… decidimos liquidar cuentas y emprender la marcha. Pues yo ese día entraba
de tarde, y tenía que llegar a una hora temprana a casa…
Nos despedimos de nuestro nuevo amigo –que se cambió de mesa y se juntó con
otros comensales que conocía de otros domingos- y nos dirigimos hacia las
burricas.
Al lado de las mismas, había una negra Suzuki V-Strom 650 de nuestro
improvisado compañero de almuerzo. Y tanto yo como Fredy, convenimos que para
llevar aquello con dignidad, hay que tener cierta envergadura…
Personalmente, me quedo con las custom….
También en aquél momento se iba un melenudo muchacho que regresaba de la
concentración Harley de El Vendrell. A la que este año no he acudido… Y de la
que el muchacho nos dijo que salía bastante decepcionado…
En fin. Iniciamos ruta para Begues… para tirar luego para Gavà… Castelldefels,
y pillar las costas para mi pueblo.
La bajada –porque aquella carretera es principalmente de bajada- fue muy
tranquila… El amigo de
Llegando casi a Gavà… y en un punto donde las curvas son más cerradas de la
habitual, encontré a un viejo conocido al que paré a saludar.
Resulta que el hombre, cuando va por esa carretera, acostumbra a detenerse en
ese saliente, saca los prismáticos y un pitillo… y gusta de otear el paisaje
relajadamente. Sí señor…! Eso es saber disfrutar…. Je, je, je….
Y tras el saludo efusivo, emprendimos Fredy y yo nuestro camino en busca de las
costas.
Poco antes de éstas, a la altura de Castelldefels, el amigo de
Nosotros, a por las costas!
Lentamente… porque al ser domingo, aquello estaba lleno de gente que acudía a
la playa, y había que tomárselo con calma…
La rodada curvera de las costas fue mega tranquila. A buen ritmo, y muy buena
letra llegamos a
El cocinero y dueño del boliche, salió a admirar las burras. Y Fredy, no perdió
ocasión de dejarle subir en la suya… a ver si se le calentaba el morro y se la
compraba… je, je, je… No sabe ná!! Ja, ja, ja…
Una vez dentro del garito… echamos unas cuantas claras, atendidos por dos
simpáticas y guapísimas camareras… Y tras la charla, y habiendo refrescado bien
nuestros sedientos gaznates, decidimos partir cada cual para su casa. Pues eran
alrededor de la una del mediodía… y yo, antes de las tres debía estar en mi
puesto de currelo….
En fin, una salida estupendísima, donde primó el descubrimiento de los
estupendos pies de cerdaco!! Ja, ja, ja… Amén de una estupenda ruta curvera,
tranquila y amena….
Pero… insisto… a por esos pies, vamos a ir en más de una ocasión…! Vaya que
si!!!
Y bueno… ya, de ahí, cada cual a su casa… a esperar ansiosamente la llegada del
próximo domingo. En que iríamos a celebrar junto a nuestros amigos del Ruta, su
séptimo aniversario en Rubió…. Pero esa, es otra historia….
NaClu2!!!
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