Por Jaqueton:
La mañana del 3 de enero, me levanté sobresaltado cuando mi encantadora y dulce
mujercita me gritó:
-"Que no ha sonado el despertador!!!"
-"Cómo??" -Dije yo...
Y acto seguido, salté de la piltra al suelo, y una vez en él, fui rodando hasta
el móvil más cercano... para avisar al respecto al amigo Moli. Compañero de
ruta para aquella mañana...
Le avisé que no estaría en el punto de encuentro para la hora del café, y acto
seguido... ducha, vestimenta, acicalamiento y pulimento, fueron uno.
Tanto corrí... que llegando al parking de mi pequeña, le mandé un nuevo mensaje
corrigiendo la primera hora de llegada que le adelantara en mi primer sms.
Y cual rayo cagado por el mismísimo diablo, subí
Una vez allí, pudimos -por fin- recuperar el ritmo propio de las salidas...
echando cafelotes... petando la charlita... y preparándonos para una ruta que
-a priori- no iba a ser demasiado larga...
El mando de la expedición, el cargo de Capitán de Ruta, fue compartido por los
dos; pues en el trayecto de ida hasta nuestro destino -Sant Quintí de Mediona-
un servidor guió la expedición... pero una vez allí, Moli fue el encargado de
llevar nuestras venerables posaderas a reposar en las sillas del garito elegido
para la pitanza.
El sitio en cuestión, está situado frente al campo de futbol del pueblo... y
muy cerquita de algo que llaman "Les Deus"; y que al parecer, son
unas cuevas... o unas grutas... que no estaría mal volver otro día con más
gente, para visitarlas.
Como los estómagos nuestros, están acostumbrados a almorzar prontico... en un
periquete nos encontrábamos sentados en una de las largas mesas del garito... y
sin pensárselo dos veces, un barbudo individuo nos ofreció lo que tenía más a
mano para satisfacer nuestros moteros y mañaneros apetitos.
La elección, como siempre, fue con un par de huevos...
...un par de huevos con bacon y mongetes en mi caso, y con lomo para Moli.
Almorzamos frugalmente distraídos por la charla, y comentando lo que antes
apuntaba sobre volver cualquier día con más peña, para visitar Les Deus.
Éste local -como Cal Pau Xich de Guardiola de Font-Rubí-, tiene mesas largas
donde es extraño compartir mesa con desconocidos... y eso nos pasó; en un
momento dado, al ladito, se nos sentaron unos tipos ávidos de almuerzo -como
nosotros instantes antes-, y aunque no platicamos en demasía... Sí compartimos
un rato de nuestros almuerzos que -juntos, pero no revueltos- llevamos a cabo
en aquél garito rápido, simpático y barato.
Terminábamos el almuerzo tras el cafeteo... cuando decidimos ir tirando para
las cervezuelas. Pues ese día, mi menda lerenda debía trabajar por la tarde...
y no era cuestión de entretenerse en demasía.
Así pues, una vez más, el compañero y amigo Moli ocupó la posición de Capitán
de Ruta, guiándome hasta el nuevo destino de nuestra particular ruta dominical.
El lugar elegido fue "Casa Paco". Garito de Els Monjos, que hasta que
no vi... no recordé que conocía...
Allí echamos unas cañitas charlando un rato más, y cultivando ésta amistad que
nos une, y que abonamos siempre que podemos, con nuestras salidillas...
En el boliche, había otros moteros. Orgullosos propietarios de unas estupendas
Harley Davidson que estaban estacionadas en las mismas puertas del local.
La verdad es que el garito -no siendo específicamente un bar motero-está muy
bien ambientado... y se nota que recibe asiduamente visitas de jinetes
motorizados.
Tendremos que ir algún día a almorzar... je, je, je...
No tardamos en partir, pues la hora era tardía, y yo tenía que prepararme para
el currelo.
Así pues, Moli y mi menda lerenda, nos despedimos a escasos metros del
boliche... partiendo ambos hacia destinos opuestos.
Él pilló
Él para llegar a Santa Oliva... y yo, para
Aunque ambos con idénticas intenciones: Empezar nuevamente la semana, y la
cuenta atrás para la próxima gran aventura de AMICUS. Oh, yeah...!!!
NaClu2!!!
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