Por Jaqueton:
Como decía la canción del inolvidable Blades, "...la vida te da sorpresas,
sorpresas te da la vida...". Y en algunas ocasiones, muy agradables...
Y eso, precisamente, es lo que pasó anteayer por la noche.
Me iba yo pal currelo, cuando pasé a visitar al amigo Tito que estaba en el
otro parking, a puntito de plegar.
Me comentó que tenía mucho mono de moto, de ruta, de asfalto, y de almuerzo...
Bueno, como todos... je, je, je...
Pero como a los dos nos iba bien salir la mañana del veintinueve... acordamos
quedar para -por lo menos- quitarnos un poquillo de ese "mono" motero
y crónico que nos afecta...
Quedamos en el parking donde pernoctan nuestras pequeñas e incansables
monturas... y aunque el día presentaba nubarrones oscuretes, nos aventuramos a
la carretera.
Saliendo de Sitges, mi niña pidió manduca. Así que encaramos nuestras proas
hacia L’Habana Xica, y en la gasolinera que hay al lado del McDonald’s,
llenamos ambos depósitos con el octanado elemento imprescindible para cualquier
ruta que se precie.
Y una vez llenos, seguimos la flecha de nuestra brújula, que en ésta ocasión
nos llevaba de cabeza hacia la carretera del pantano.
Subimos a muy buen ritmo, tranquila y gustosamente. Curva tras curva, nuestros
estómagos rugían más que los tubos de las burras... y el ánimo almuercero,
aumentaba como la espuma en una pinta bien tirada.
Llegamos a L’Arboç en un periquete. Y una vez allí, en vez de seguir -como era
mi primera idea- hacia Sant Jaume dels Domenys... decidí tirar por
Recorrimos pues, los kilómetros que nos quedaban hasta el desvío de Valls, y
una vez encarados correctamente, tardamos apenas unos minutos en llegar a la
rotonda de Les Peces. Donde viramos irremediablemente a babor, siguiendo recto
hasta la pared. Giro a derecha... Luego a siniestra... Y ya habíamos llegado!!
Olé!!!
El garito, a esa hora de la mañana, estaba más bien vacío. Lo cual es un
gustazo, porque le atienden a uno rápidamente... y nuestros paladares,
estómagos y gaznates, lo agradecieron un montón... je, je, je...
Le pedimos -de entrada- dos claritas de tubo. Aunque tentado estuve de
pillármela de medio... Pero ciertamente, merece la pena repetir, y así se
calienta menos.
Y para papear, obviamente, un par de bocadillos de esa "hamburguesa
choricera" que se gastan, y que tan solo de pensar en ella, ahora mismo,
tengo las glándulas salivares segregando litros sin parar...!!
Y es que esos bocadillos están...! Bufff....!!
Para acompañar... unas bravitas.
Y nada... ahí nos teneis a mí y a Tito, moliendo sin pausa. Repitiendo
clarita... Y dándole a la muela, como el que le da al molinillo... Ñam, ñam,
ñam... Qué rico, oiga!
Aunque para no faltar a la verdad, diré que las "bravas" que nos
pusieron, poco o nada tenían que ver con la estupenda tapita ideada en "el
tubo" de Zaragoza.
Para empezar, no estaban cortadas a dados, ni pochadas previamente con ajito.
Y de la salsa que debería darle nombre, nada de nada...
Con lo cual, de "patatas bravas", sólo tenían -incomprensiblemente-
el nombre.
Las papas en cuestión, estaban cortadas a rodajas... excelentemente fritas, y
con una capilla de mahonesa, concienzudamente cubierta de pimienta negra.
Y estaban, realmente buenas de cojones...!!!
Que como digo una cosa, digo la otra... eh?
Si bien no eran las bravas a que aprendí a preparar en la capital aragonesa
hace más de diecisiete años... no dejaban de ser un acompañamiento
espectacular, y un digno complemento a tan suculentos como sabrosos bocadillos.
Terminando de moler, y apurando los zumitos de cebada con limonada... pedimos
los cafelotes.
Uno solo, y un carajata... je, je, je...
Y ya, empezamos a calcular posibles rutas de regreso.
Tras unos minutos de deliberación, elegimos volver por la carreterilla que
arranca desde la capital de l'Alt Penedès, y que pasando por Sant Pere de
Molanta, te lleva hasta Sant Pere de Ribes...
Así que sin pensarlo más, pagamos el almuercete... fuimos a buscar
"Little Green Men"...! Je, je, je... Señores de verde!! En la
carretera!!! Y no pocos, eh?
Si, si... había picoletos!!! Pero... no se habían extinguido??
Minutos después, devolvieron la circulación a su estado normal, y nos quedamos
sin saber qué había pasado... pues desde la "road" no se veía nada
que saliera de lo normal. Salvo, claro está, la multitud de vehículos
picoleteros...
Así que con la duda... seguimos rodando hasta Vilafranca. Y una vez pasada,
para variar, me equivoqué de entrada... je, je, je...
Aunque en mi defensa diré que también había un cartelito indicando "Sant
Pere de Molanta", igual que el que tenía que haber en el desvío que
buscábamos...
Pero nada más dar el giro, ya vi que no era ese el camino.
Y Tito, que lo vio antes que yo, dio la vuelta conmigo y reemprendió ruta por
la nacional.
Apenas pasaron unos centenares de metros, dimos con el desvío correcto. Y
capitaneados por Tito, emprendimos la curverilla y divertida carretera, que nos
llevaría en poco más de dieciséis kilómetros, hasta Ribes.
Y de allí, por Vallpineda, llegamos a Sitges. Punto final de nuestra ruta,
pseudo-improvisada un día y medio antes...
Volvimos al parking, guardamos a nuestras pequeñas... y para casa!!
Felices, contentos y satisfechos... Y con las pilas cargadas para seguir
soñando y esperando las próximas aventuras de AMICUS!!! Je, je, je... Oh,
yeah...!!!
NaClu2!!!
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